lunes, 1 de septiembre de 2025 17:00
El denominado WandaGate parece estar lejos de apagarse. Aunque por momentos todo parece calmarse, nuevas revelaciones mantienen vivo el escándalo que involucra a Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez. Mientras la actriz y el futbolista disfrutan de su estadía en Estambul y circulan rumores sobre un posible embarazo, la empresaria argentina enfrenta nuevas acusaciones que vuelven a ponerla en el centro de la tormenta.
En los últimos días, Wanda Nara se instaló en México para grabar la segunda temporada de Love is Blind, proyecto que combina su carrera como conductora con una intensa agenda de viajes. Sin embargo, lo laboral quedó en segundo plano cuando en el programa Puro Show la periodista Fernanda Iglesias lanzó una explosiva versión que la involucra directamente en una operación contra la China Suárez.
Según explicó Iglesias, Wanda Nara estaría detrás de una supuesta red de trolls cuyo único objetivo sería hostigar y atacar a la actriz en redes sociales. Aunque no participaría de manera directa, la mediática sería señalada como la mente maestra de un plan pensado para desgastar la imagen pública de la actual pareja de Mauro Icardi.
La periodista incluso nombró a Luciana Campil, amiga íntima de Wanda Nara y testigo clave en la causa por violencia de género que la enfrentó a su exmarido. Campil sería la encargada de coordinar los mensajes que deben difundirse en redes, desde cuestiones vinculadas a la cuota alimentaria hasta comentarios sobre la vida privada de la actriz.
De acuerdo con la investigación presentada, Campil no tendría contacto directo con los ejecutores de esta campaña virtual, sino que recurriría a intermediarios. Uno de los nombres mencionados fue el de Nuhayla Mohamed, una mujer radicada en Valencia que se presenta como especialista en violencia vicaria pero que, según Iglesias, desempeña otro trabajo en un ferry.
Esta intermediaria sería la encargada de trasladar las órdenes a un grupo organizado de usuarios falsos que difunden comentarios negativos sobre la China Suárez. La precisión del relato sorprendió a la audiencia, ya que incluso se habló de instrucciones detalladas respecto a los emojis que debían acompañar los mensajes: desde el de excremento hasta el del zorro y la carita vomitando.
Si bien la información aún no fue confirmada por las protagonistas, las sospechas suman un nuevo capítulo al ya extenso historial de cruces entre Wanda Nara y la China Suárez. La tensión no parece tener final cercano, y cada movimiento alimenta la novela mediática que desde hace años ocupa la atención del público.
Con esta denuncia en escena, la rivalidad vuelve a quedar expuesta y los rumores de una guerra digital planeada para destruir a la China y poner en jaque su relación con Mauro Icardi se convierten en la última chispa que enciende nuevamente el fuego del escándalo.