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Editorial

La inauguración del Instituto Municipal de Emprendedores en la Capital es un acontecimiento relevante en un contexto de recesión económica y con el consumo retraído. La aparición de políticas públicas que apuntan a movilizar la economía es una apuesta estratégica que, además, rinde beneficios en el corto plazo y puede convertirse en una herramienta sustentable. Así como debe destacarse el rol de un Estado presente durante la pandemia para sostener empresas y empleos en un momento en extremo crítico, del mismo modo debe resaltarse esta iniciativa que acaba de poner en marcha el municipio capitalino para brindarle oportunidades a actores de la economía social a los efectos de que creen nuevos emprendimientos o potencien los ya existentes.

El organismo recién inaugurado facilitará líneas de crédito para financiar los proyectos, especialmente para jóvenes de 18 a 30 años, personas con discapacidad y adultos mayores, pero además ofrecerá cursos y seguimiento a los emprendedores, establecerá asociaciones con el sector privado y contempla bonificaciones en las cuotas y tasas municipales reducidas durante los primeros meses, con el objetivo de fomentar la economía social y formalizar actividades que actualmente se desarrollan en la informalidad.

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Los sectores populares cargan con la paradoja de ser los más dinámicos en creatividad y esfuerzo, y al mismo tiempo los más excluidos del financiamiento y la formalidad. Los sectores populares cargan con la paradoja de ser los más dinámicos en creatividad y esfuerzo, y al mismo tiempo los más excluidos del financiamiento y la formalidad.

El ahora presidente del Instituto, Leandro Quiroga Barros, destacó que esta concreción es el resultado de un proceso iniciado en 2019, cuando el intendente se reunió con organizaciones de la economía social y trabajadores independientes. “Durante estos seis años se fortaleció al sector con ferias, capacitaciones y programas de apoyo. Hoy todo ese esfuerzo se concreta en este Instituto, que no tiene fines de lucro, sino que apunta a acompañar, financiar y volver a financiar a los emprendedores”, dijo el funcionario.

El rol dinamizador del sector público en la economía es imprescindible como garante de igualdad de oportunidades en medio de la crisis. Las líneas de crédito con tasas bajas y plazos accesibles que propone el nuevo Instituto representan un alivio financiero para emprendedores que no tienen acceso al crédito bancario. Que un joven con una idea innovadora, un artesano que quiere formalizar su producción, una persona con discapacidad que busca independencia económica, o los adultos mayores que todavía quieren aportar su experiencia en un emprendimiento propio puedan acceder a financiamiento sin las trabas del sistema bancario tradicional, y en un momento de altísimas tasas de interés, son evidencias de un modelo de desarrollo que prioriza la inclusión antes que la especulación.

Los sectores populares cargan con la paradoja de ser los más dinámicos en creatividad y esfuerzo, y al mismo tiempo los más excluidos del financiamiento y la formalidad. Esa contradicción solo puede resolverse con una decisión pública de acompañar, capacitar y volver a invertir allí donde el privado no llega. El Instituto Municipal de Emprendedores viene a cumplir, al menos en el plano local, ese rol indispensable.

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