Existen fotografías que han retratado a personalidades controversiales o que expusieron acontecimientos únicos, y que se resignificaron con el paso del tiempo representando un clima de época. La imagen de la tapa de Noticias en la que María Julia Alsogaray posa vistiendo un tapado frente a cámara trascendió, y 35 años después se convirtió en un símbolo de la más notoria frivolidad política en la década de los ’90. Tanto así, que sigue generando polémicas a pesar del paso de las décadas.
La miniserie Menem, dirigida por Ariel Winograd para Amazon Prime Video, revivió aquel momento. En la ficción, la hija del dirigente Álvaro Alsogaray, personificada por Mónica Antonópulus, es una figura central en los planes del mandatario, siendo llevada por el mismo presidente a explorar una faceta más femenina y emocional, dejando de lado la estructura personal conservadora inculcada por su padre. El punto de inflexión para aquel personaje sería la publicación de aquella foto de tapa.
Lo cierto es que la realidad supera la ficción y el recuerdo de cómo se logró el retrato de María Julia sigue generando controversias. Diversas versiones acerca de cuál fue la historia detrás de esa producción fotográfica del 22 de julio de 1990 que ilustró la nota titulada “Reina pero no gobierna. María Julia y su ‘romance’ con el Presidente” suscitaron un ida y vuelta mediático. En televisión, Graciela Alfano afirmó que el tapado que lució la exfuncionaria menemista era de ella; pero Susana Giménez la desmintió señalando que el abrigo era suyo, y que la exmodelo ni siquiera estaba al momento de tomar la imagen.
Osvaldo Dubini fue el creador de la imagen. No fue esa la primera foto en que retrató a la dirigente de la UCeDe. Años antes había realizado una cobertura del casamiento de María Julia con Francisco Erize, un ambientalista que dirigía la Fundación Vida Silvestre. Con una trayectoria como reportero gráfico que se remonta a la presidencia de Frondizi, el fotoperiodista puso el ojo y disparó con su lente a la interventora de Entel en una improvisada sala del hotel cordillerano ubicado en Las Leñas. Inclusive, en una increíble coincidencia con la serie, el fotoperiodista de Perfil había hecho la cobertura de la caravana presidencial del gobernador riojano, como lo hizo el personaje del fotógrafo presidencial Olegario Salas, interpretado por Juan Minujin.
Según Dubini, Susana Giménez y Graciela Borges estuvieron presentes un instante previo a la sesión, y fue la protagonista de “La ciénaga” la que ofreció el tapado de piel. “Susana y yo fuimos a esquiar a Las Leñas y llevamos un abrigo de piel, que en ese momento estaba de moda. Susana tenía un abrigo negro de zorro, y yo el beige. María Julia nos pidió amablemente si le prestábamos los tapados para hacer fotos”, recordó la actriz en diálogo con Noticias. Lo cierto es que Dubini eligió el abrigo más claro para ser usada en la tapa y el oscuro perteneciente a Giménez aparece en otra de las tomas incluidas en el interior de las páginas que ilustraban la nota.
“Me avisaron que tenía que viajar a Las Leñas junto con una periodista (Alejandra Albanesi). Sabía que tenía que tomar unas fotografías a María Julia con un aspecto de reina, pero solo eso. No estaba al tanto de nada. Cuando llegamos vi que había una corona y otros ornamentos. Yo no le iba a poner estas cosas a María Julia. Era muy chabacanas.”, rememoró Dubini ante las preguntas de este cronista, y señaló: “Tenía sólo media hora para hacer las fotos. Hago unas fotos en la nieve cerca de la habitación de ella. Termino y pudimos distendernos un poco, tomando café. Ella me dijo que Susana Giménez le había dicho que se quedara tranquila porque yo hacía buenas fotos”.
La recomendación de la diva televisiva dio resultado y Dubini aprovechó para proponerle una sesión fotográfica más en un salón del hotel muy bien iluminado. “Ella estaba sentada en el sillón y le digo al peinador que le haga un peinado muy juvenil. Cuando la empiezo a mirar a María Julia con el tapado, le indico que se descubra un poco más las piernas”, explicó y detalló: “Yo le había sugerido hacer fotos como si fuera una actriz, así que le pido que muestre más los hombros. Pero se veía que tenía una camisa debajo. Le explico que la camisa molestaba y ella desabrochó unos botones. Al final la camisa se seguía viendo, ella decidió desabrochar todos los botones y que el tapado oculte cualquier rastro”.
En medio de la producción, Susana Giménez y Graciela Borges entraron y sorprendidas dieron la aprobación de la pose que la dirigente neoliberal llevaba a cabo en el sofá. El fotógrafo logró terminar con su labor. A la noche, los rumores sobre las imágenes estaba en desperdigadas por todo el complejo turístico. “Barrionuevo me dice que quilombo hiciste con las fotos, en Buenos Aires ya están enterados. Al parecer Eduardo Menem estaba vacacionando con su familia y de alguna forma se enteró de las fotos de María Julia”, recalcó Dubini y aun sabiendo la desaprobación del hermano del presidente, el reportero envió por su cuenta el rollo de película a la oficina de Fontevecchia.
Epílogo. “Cada uno se saca la foto como quiere”, declaró Carlos Saúl Menem a los medios ante la llegada de la publicación a los kioscos de revistas, recordó Dubini. Gustavo González, exdirector del semanario en su libro “Noticias bajo fuego”, escribió: “A pesar de que algunas mujeres del Gobierno también la empezaron a mirar con cierto recelo y que desde la oposición recibió todo tipo de críticas, ella entendió que el resultado estético bien valía ese costo. Después no pensaría lo mismo, pero esa semana compró varias revistas para regalar y guardar. A una la enmarcó y la colgó en la pared de su petit hotel y en el 2009 se la llevó a su nuevo domicilio, cuando le remataron la mansión tras ser condenada por enriquecimiento ilícito”.
Dubini y María Julia Alsogaray se volvieron a cruzar una vez más en un cóctel de la empresa Telefónica en el Hotel Plaza: “Yo la vi, pero preferí no acercarme y seguir haciendo mi trabajo desde lejos. Hasta que en cierto momento ella me miró y se me acercó. Me tomó del brazo y me llevó hasta el lugar en el que estaba hablando con dirigentes y empresarios, y me presentó como el hombre que me sacó la famosa foto que todos ustedes conocen”. Retirado a mediados del 2000 y con casi noventa años, al preguntarle de cómo cree que se sintió ella por esa fotografía emblemática que había realizado, Dubini confesó: “Ella siempre estuvo agradecida”.