Silvia es una madre desesperada. La semana pasada protagonizó un hecho que rápidamente se viralizó en la comunidad de Valle Viejo: destruyó un automóvil creyendo que pertenecía a la intendenta Susana Zenteno. Lo hizo, según contó en una entrevista, tras cansarse de promesas incumplidas relacionadas con la situación de su hijo con discapacidad, quien fue operado recientemente de un tumor de 14 kilos.
“No soy así, violenta, pero me da bronca que jueguen con la salud de mi hijo”, afirmó Silvia con la voz quebrada. Y explicó que hace más de dos meses había recibido una visita directa de la intendenta, quien llegó a su casa “con asistente social, con gente del IPV, con una chica que es muy amiga de José, y hasta con su hermana”. La funcionaria, según su relato, se comprometió a buscarle una vivienda adecuada para su hijo, quien necesita rehabilitación permanente y utiliza silla de ruedas.
“Hace 60 días vino acá, trajo asistente social, trajo al del IPV… Me anotaron a mi hijo para una vivienda urgente por discapacidad. Les di todos los datos, el nombre completo de mi hijo, el mío, y no aparezco en ningún lado. No existo”, reclamó con angustia.
Silvia sostiene que no busca limosnas ni favores. “Yo no quiero que nadie me regale ni me preste. Solo quiero que me busquen una casa, una casa digna. Estoy pagando 300 mil pesos de alquiler. Y con lo de mi hijo ya no puedo más”, lamentó. Aclaró que necesita una vivienda accesible, “que no sea dúplex ni compartida, por la enfermedad de mi hijo”, y dentro del radio de Valle Viejo, ya que de lo contrario “le quitan todo lo de rehabilitación”.
Actualmente, su hijo se encuentra convaleciente de una operación severa. “Hace 16 días que lo operaron, tiene casi 50 puntos. Le sacaron un tumor de 14 kilos. Imagínese lo que estoy viviendo”, contó conmovida.
Sobre el hecho que desató la controversia, la destrucción de un auto que creyó pertenecía a la intendenta, Silvia asegura que se trató de un acto impulsivo, motivado por la impotencia. “Yo no sabía que era el auto de otra señora. Mil perdones a ella, pero yo creí que era el de la intendenta. Estaba estacionado ahí, en la puerta”, se excusó.
Luego del incidente, fue detenida en su propio domicilio. “Sí, vino la policía. Yo no me resistí. Les dije que era yo. Lo único que les pedí fue que me dejaran buscar a alguien para quedarse con mi hijo. Me firmé, me conocen todos en el barrio. Yo antes vivía en Pedro Segura y tenía un kiosco, hacía comida. Todos me conocen”, relató.
Silvia estuvo privada de la libertad durante más de 30 horas. “Fueron 30 horas acá en mi casa, con chicas policías. No podía salir. No me pintaron los dedos, no me insultaron, no me indagaron. El fiscal no me imputó, nada. Ella , la intendenta, no hizo la denuncia, al final. Pero igual me pusieron una restricción de 50 metros con respecto a ella y también con la señora del auto”, explicó.
Además, le secuestraron el celular y todavía no se lo han devuelto. “Estoy incomunicada. No tengo mi teléfono y no saben cuándo me lo van a dar”, se quejó.
Silvia solo pide una respuesta concreta. “Lo único que quiero es una casa. Que alguien me ayude con eso. No para mí, sino para mi hijo. Es lo único que estoy pidiendo”, reiteró. Dejó incluso su número de celular (261-6910-971), aunque aclaró que es de Mendoza y no lo cambió desde que se radicó en Catamarca.