La conmemoración del 8 de agosto también incluye a San Cirilo de Roma, un diácono de la Iglesia primitiva cuyo martirio es un ejemplo de devoción y valentía. Poco se sabe de su vida, pero su memoria se conserva en los registros de la Iglesia como un diácono que sirvió fielmente a la comunidad cristiana en Roma en tiempos de persecución, probablemente durante la época del emperador Valeriano.
Fidelidad y Sacrificio
San Cirilo, cuya figura se asocia a la de San Sixto II, el Papa martirizado el 6 de agosto, fue uno de los diáconos que sirvió al pontífice. Su historia, junto a la de otros muchos mártires, es un recordatorio de que la fe se construyó sobre el sacrificio de innumerables hombres y mujeres que se mantuvieron firmes en su amor a Cristo, incluso a costa de la vida.
El Legado de la Devoción
A pesar de que los detalles de su martirio son escasos, su figura es un faro de la fidelidad a Cristo y del servicio a la Iglesia. Su memoria nos invita a reflexionar sobre la importancia del servicio a Dios y a los demás, y a recordar que la fidelidad a Cristo es la mayor de las virtudes.
Oración
Oh, San Cirilo, diácono y mártir, te rogamos que intercedas por nosotros para que, siguiendo tu ejemplo de valentía, vivamos nuestra fe con fidelidad y amor, hasta el final de nuestras vidas. Amén.
Este artículo forma parte de nuestro especial ‘Fe y Devoción en Agosto’. Descubri la guía completa del santoral del mes haciendo clic aquí.