La salud renal es clave para el bienestar general. Los riñones cumplen funciones como filtrar toxinas y exceso de agua en la sangre, regular minerales como sodio y potasio, controlar la acidez sanguínea, mantener la presión arterial, contribuir a la salud ósea y participar en la producción de glóbulos rojos.
Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad renal crónica afecta a unas 850 millones de personas en el mundo. La Dra. María Marta Pernasetti, del Servicio de Nefrología y Hemodiálisis del Hospital Interzonal San Juan Bautista, advierte que si no se detecta y trata a tiempo, puede avanzar hacia una falla renal con complicaciones graves y riesgo de muerte prematura.
Las recomendaciones para cuidar la salud renal incluyen realizar actividad física regular, mantener una alimentación equilibrada reduciendo sal y ultraprocesados, controlar los niveles de azúcar en sangre, vigilar la presión arterial, beber suficiente agua, evitar fumar, no automedicarse con analgésicos o antiinflamatorios, y realizar controles médicos si existe riesgo elevado por diabetes, hipertensión, obesidad o antecedentes familiares.
La detección temprana y el cuidado diario son herramientas fundamentales para prevenir el deterioro de la función renal y mantener su correcto funcionamiento a lo largo del tiempo.