sábado, 13 de septiembre de 2025 01:54
Considerado una gloria del fútbol de Catamarca, fue jugador y director técnico. Nació el 15 de julio de 1929 en el sector sudeste de la Capital de Catamarca y su apodo futbolístico fue “Húngaro”. Integraba una familia que se conformaba por su padre, don Luis Romero, su madre, doña Eustaquia Ponce, y seis hermanos (cinco varones y una mujer).
Desde muy joven formaba parte de un equipo de barrio llamado Vicario Central, donde forjó su gran pasión por el fútbol. Luego, a los 13 años, se inscribió para jugar en el Club Vélez Sarsfield. Al transcurrir el tiempo, debutó en Primera División, cuando ya tenía 15 años, como mediocampista central (N° 5). Desde ese momento, comenzó a codearse con los principales referentes de la entidad como, por ejemplo, “Tigre” Díaz, Agustín Carrizo, “Garza” Ponce, Mario Brunello, “Ñato” Scaltriti, entre otros. Su trayectoria se vio interrumpida para hacer el servicio militar obligatorio en 1950 en la Base Naval de Puerto Belgrano, en el Crucero “ARA Veinticinco de Mayo” de la clase Almirante Brown de la Armada Argentina. (ARA – Armada de la República Argentina).
En el año 1952 retorna a Catamarca, notándose el incremento de peso, que pasó de 57 a 80 kilogramos, razón por la que tuvo que trabajar duro para recuperar su condición física y volver a vestir la casaca velezana, convirtiéndose con el paso del tiempo en uno de los puntales del equipo, recuperando la categoría superior, teniéndolo como principal exponente. La promoción de las divisiones inferiores, con la incorporación de Romero, logra consagrarse campeona en los años 1958/59/60 y 61, ejerciendo una supremacía en la Liga Catamarqueña, con un plantel privilegiado, integrado por el “Negro” Ríos, Santos Carrizo, “Minuta” Barrionuevo, “Palito” Guzmán, Enrique Romero, “Rupachico” Barrionuevo, Juan Carlos Corro, “Nino” Barrionuevo, Héctor Ovejero, Américo Ávila, “Nano” Rizo, “Chacho” Ayala, Reyes Moreno y “Cocoliche” Agüero. En 1962, Vélez clasifica como subcampeón y Romero cuelga los botines.
Al año siguiente debuta como director técnico y conduce a Vélez a consagrarse campeón nuevamente. También fue integrante de Vélez en la recordada gira a Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia. Su entrega fue total. Además, fue integrante de los Seleccionados de la Liga y, bajo la dirección técnica de Luis Bevilacqua, debuta en 1949 contra Racing de Avellaneda. Continúa integrando dicho equipo por el lapso de 12 años, teniendo como compañeros al “Chueco” Tapia, “Quito” Cuello, “Poroto” Cuello, Rolando Maestú, “Bota” Lencina, “Nano” Rizo, “Tucumano” Juárez, “Negro” Ponce, “Palangana” Oliva, Juan Carlos Corro y “Mocho” Luna, entre otros.
Futbolísticamente, se desempeñaba como número cinco (centrocampista). Si bien no era un jugador de gran despliegue físico, era inteligente, talentoso, con gran manejo de la pelota, gran visión de juego, distribuidor de juego con precisos pases, características que le permitieron jugar hasta los 32 años, acumulando 17 años en Primera División.
Nunca fue expulsado y únicamente vistió las camisetas de Vélez y de las Selecciones de la Liga Catamarqueña. Laboralmente se inició trabajando en Tiendas Galver y, finalmente, en la Municipalidad de la Capital, donde se jubiló.
Conformó una familia, la que estaba integrada por su señora esposa, doña Ramona del Valle Vega (hermana del legendario jugador Ramón “Coyoyo” Vega). De ese matrimonio nació su único hijo, Dr. Rodolfo Enrique Romero (ex Presidente de Vélez), mientras que su nieto, Exequiel Enrique Romero, fue basquetbolista de selección y es el actual presidente del Club Red Star de nuestra provincia.
Por haber tenido esa forma de actuar, la familia futbolera lo recuerda con afecto, admiración y por haber sido el “eterno capitán” de Vélez Sarsfield y la Selección de la Liga Catamarqueña de Fútbol.
Por “Tato” Zurita