jueves, 23 de enero de 2025 11:55
Los testimonios sobre el alud en El Rodeo no dejan de erizar la piel a los catamarqueños. La angustia, la tristeza, invaden la voz de cada habitante de la villa a la hora de rememorar, al menos por un segundo, aquel fatídico hecho que se cobró la vida de 14 personas.
“Todavía duele el alma“. Así lo define Fernando Villafáñez al recuerdo de aquella noche del 23 y mañana del 24 de enero de 2011. El recuerdo por tres de las víctimas, Dora G. de Castiglione, María Luisa Castiglione y Carolina Sal, se ven reflejadas en una placa que se colocó el año pasado.
“La verdad que recordar esa noche 11 años de vivir ese momento todavía duele el alma, duele el alma, duele el corazón y saber que nuestros amigos, nuestros vecinos no están ya, son heridas que todavía no cicatrizan y lágrimas que nunca van a dejar de caer”, comentó.
Sobre las víctimas, define a la familia Castiglione como una de las más conocidas en la villa, pero que aquella tarde de verano, cambió todo para ellos. Y para El Rodeo. “Cambió todo en un día, cambió la historia de El Rodeo a partir de ese 23 de enero. Ana Carolina, una chica que tenía toda la vida por delante“.
Fernando recuerda que aquella noche se iba a presentar el artista nacional Abel Pintos, por lo que la villa se encontraba con una fuerte ocupación de turistas y catamarqueños. Sin embargo, para él no hubo tiempo de escapar del alud: “Nos dimos cuenta ya con la creciente encima, no fue algo que no haya dado tiempo para poder escapar, para poder proteger”.
Entre la tristeza, también aparece la bronca y una palabra que se repite siempre que se acerca esta fecha: “Mentiras”.
“Si bien la naturaleza hizo lo suyo, el hombre también hizo lo suyo, pusieron trampa al río, puentes que no se hicieron bien, defensas que no se hicieron, cauces que no se limpiaron, es decir, estamos casi de la misma manera que el día de la creciente. Once años que nos mintieron. Once años que promesas que no se cumplen y bueno, seguimos con solamente poniendo la fe en Dios que esto no va a suceder”, manifiesta Fernando.
Casa Villáfañez
Fernando también cuenta sobre la reconstrucción de una de las casas que forma parte de la historia de la villa veraniega. El proceso, la ayuda y cómo salieron del desastre.
“Volver a empezar fue con mucho sacrificio, pero no sólo la pérdida de material, sino lo que nos ayudaron mucho fue los amigos, los clientes que nos daban fuerza para seguir, nos siguen dando fuerza y todavía nos falta mucho para hacer el Villafáñez antes del alud. Pero sí, vamos a seguir trabajando porque es lo que aprendimos toda la vida, porque somos de El Rodeo, queremos a El Rodeo y sabemos de que el río no tiene la culpa, así que no tenemos por qué tenerle miedo al río, las cosas son las que no se hacen, las que no hace el hombre”.
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