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San Fernando del Valle de Catamarca
10 junio, 2025

Problema del presente, problema del futuro

martes, 10 de junio de 2025 01:53

El notable cambio demográfico que afecta a Catamarca, Argentina y parte del mundo, supera por mucho la simple curiosidad estadística, y obliga a replantear políticas públicas para pensar y planificar un escenario que será muy distinto al actual. El dramático descenso de los nacimientos es ya un fenómeno mundial. En más de 20 países se calcula que la población se reducirá a la mitad para 2100, y es un problema porque el mundo no está preparado para la caída en el número de nacimientos, un fenómeno que tendrá un impacto traumático en las sociedades. En los últimos días se conocieron detalles del panorama provincial, con una tendencia clara y sostenida. Pero la situación no es exclusiva y ya puso en alerta a la comunidad internacional. La caída en los índices de fertilidad significa que casi todos los países podrían ver sus poblaciones reducidas para fines de siglo.Eso implica que la población también envejecerá de forma drástica, con casi el mismo número de personas que llegan a los 80 como que recién nacidos. Los investigadores esperan que el número de personas en el planeta llegue a su punto más alto en 2064 con 9.700 millones, antes de caer por debajo de 8.800 millones para fines de siglo.

Este fenómeno está impulsado por diversos factores, y obliga a rediseñarlo todo. Desde los sistemas de salud hasta los planes educativos, desde los servcios a los sistemas previsionales de redistribución de recursos, porque nos encaminamos a una comunidad donde la población económicamente activa podría ser insuficiente, e incluso inferior, a los pasivos. Los estudios son coincidentes, y hasta se proyecta que China, actualmente el país más poblado del mundo, alcanzará su punto más alto en cuatro años con 1.400 millones, antes reducirse casi a la mitad (732 millones) para 2.100. Ya puede deducirse el impacto en sociedades más pequeñas, y es un inconveniente muy serio de alcance global: 183 de 195 países tendrán una tasa de fertilidad por debajo de los niveles requeridos para reemplazar a la población.

Se podría pensar que es maravilloso para el medioambiente: una población más pequeña significaría una reducción en las emisiones de carbono, así como menos deforestación para crear lugar para la agricultura y ganadería. Pero esa hipótesis se derrumba desde el momento que en esa población más pequeña, se invierte la pirámide etárea natural: al haber más personas mayores que jóvenes, todas las consecuencias pasan a ser negativas. Se presume un cambio social enorme. ¿Quién pagará impuestos en un mundo de personas mayores? ¿Quién pagará por la atención médica de los ancianos? ¿Quién cuidará de ellos? ¿Podrá la gente jubilarse? ¿Qué harán maestros sin alumnos, pueblos sin familias, industrias sin trabajadores? No es un planteo para entrar en pánico, sino para trabajar. Buscar soluciones, alternativas, aggiornamientos. En cualquier escenario, lo importante es prepararse, porque cada defasaje se profundizará si se ignora lo que está sucediendo.

El Esquiú.com

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