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San Fernando del Valle de Catamarca
5 julio, 2025

Piden tener máximo cuidado con el monóxido de carbono dentro de los hogares

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El gas ya se cobró vidas en la ola polar

Por la ola polar recomiendan tener especial prevención a la hora de calefaccionar con salamandras, calefactores y estufas y tener calefones de gas, sea en zona rural o en Capital.

Peligroso y silencioso. El gas que emanan los calefactores puede ser mortal si no se ventila el hogar.

El monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico y peligroso. Una persona puede inhalarlo sin darse cuenta y sufrir una intoxicación grave en minutos. Todos los años en el país y la provincia se registran casos de personas hospitalizadas e incluso fallecidas por accidentes evitables relacionados con este gas. El neumonólogo Luis González Lelong indicó que en Catamarca la situación es preocupante en el campo porque la gente sigue haciendo fuego y en la Capital porque no acostumbra a realizar mantenimiento de un año a otro del sistema; de hecho hasta el calefón de gas puede ser mortal si no se controla.

“El monóxido es por leña o por gas, es decir es absolutamente desapercibido. La gente a la que le pasa estas cosas no tiene ninguna conciencia de lo que le está pasando más allá de un probable dolor de cabeza, una obnubilación y posteriormente un desmayo. Hay gente que se desmaya haciendo alguna actividad rutinaria en la casa, inclusive comiendo o tomando algo, se cae sobre la mesa desmayada y así se la encuentra, es mortal. De tal manera que la recomendación es no dormir con calefacción, o usarla para calefaccionar, pero con una ventilación que esté cerca de algo en donde corra aire para poder renovar el ambiente”, explicó.

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En cuanto al escenario urbano, el médico dijo que la situación no es distinta cuando se habla del monóxido de carbono, ya que la gente deja encendido desde el calefón en adelante, muchas veces toda la noche y puede cerrar todas las ventanas sin tener en cuenta el monóxido de carbono. “En el escenario urbano, en el cual los sistemas de calefacción funcionan todos muy bien, pero habitualmente no son controlados. Y el tema de la ventilación de los calefones, que eso está todo el año, no necesariamente en invierno, y de los calefactores de gas, precisamente, es peligroso. El agravante es que la gente no los hace revisar, no hay una revisión de los sistemas de ventilación al exterior, que pueden llegar a ser tapados por cosas como, por ejemplo, nidos de paloma, suciedades que se acumulan en las chimeneas en la época en la cual no se usa. Y aún usándolos, el gas queda en las habitaciones”. Resaltó que quienes alquilan departamentos deben tener en cuenta el mantenimiento de la calefacción y que la administración se encargue cada tres meses de éste, de hecho destacó que hubo casos y el problema de las obstrucciones son las palomas.

En cuanto a la calefacción eléctrica, que sería la menos riesgosa, el médico dijo que también se debe tener cuidado con los sistemas de energía ya que pueden ocasionar incendios. “Luego los aparatos eléctricos en general no tendrían ningún tipo de problema en este sentido, pero evidentemente también sabemos las condiciones caseras y demás que pueden generar incendios, así que finalmente también es un problema y no es recomendable el uso de estos aparatos sin una buena llave térmica, sin un buen servicio de interruptor ante el recalentamiento de la línea”, finalizó el profesional en diálogo con Radio Nacional.

Qué hacer ante sospecha

En el caso de sospecha de intoxicación por monóxido de carbono es importante salir de inmediato al aire libre, abrir puertas y ventanas para ventilar y acudir a un servicio de salud. No hay que permanecer en la vivienda ni intentar “aguantar” los síntomas, ya que puede ser peligroso. El monóxido de carbono no se ve, no se huele y no avisa. Por eso, la prevención es la única forma de estar a salvo. Cuidarnos es también cuidar a quienes viven con nosotros. El monóxido de carbono se produce por la combustión incompleta de cualquier material que contenga carbono: gas, petróleo, carbón, kerosén, nafta, madera, plásticos, etc., en un ambiente con una concentración de oxígeno escasa o insuficiente. Muchas intoxicaciones por monóxido de carbono parecen intoxicaciones alimentarias, gripes o accidentes cerebrovasculares. En niños pequeños puede simular un cuadro meníngeo por la irritabilidad, llanto continuo y rechazo del alimento, publica la página del Ministerio de Salud nacional.

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