12.1 C
San Fernando del Valle de Catamarca
8 septiembre, 2025

Paliza al borde del abismo

La aplastante derrota que el peronismo le infligió en la Provincia de Buenos Aires a La Libertad Avanza refuerza el gran interrogante que sobrevuela desde hace dos meses y el “Karinagate” llevó al primer plano: ¿está en condiciones Javier Milei de revertir la descomposición de su Gobierno?

En el breve discurso que dio anoche, el Presidente anticipó que no se apartará “un milímetro” del rumbo económico y que, por el contrario, acelerará. Se comprometió a enmendar eventuales errores políticos, pero cifró los resultados bonaerenses en la tracción de un aparato peronista que jugó a todo o nada en defensa de “sus cargos”.

Quiere decir que, en principio, el Presidente no advierte objeciones de fondo a su gestión en los abismales 13 puntos de ventaja que le sacó Fuerza Patria a la Libertad Avanza en la provincia que agrupa el 40% del electorado del país. A su criterio, el veredicto adverso de los bonaerenses se debe para él a fallas de orden meramente instrumental.

Hay más de una evidencia que habilita dudas sobre este diagnóstico en caliente. Habrá que ver en qué se traduce, pero es la primera reacción de un líder que entregó a su hermana el diseño electoral de un compromiso clave para afianzarse y apostó a que el magnetismo de su figura compensaría la orfandad de candidatos competitivos.

Torpeza

Si la brutal caída en los distritos del Conurbano puede intentar atenuarse, y hasta por ahí nomás, con el peso del aparato peronista, los reveses en la zona agroganadera de la provincia, la Pampa Húmeda, revelan con toda crudeza garrafales yerros estructurales.

Se trata de regiones de densidad electoral mucho más baja que la de las circunscripciones circundantes a la Ciudad de Buenos Aires, pero históricamente contrarias al peronismo, en la que La Libertad Avanza debería haber hecho una buena cosecha. Pero gran parte del voto contrario al kirchnerismo se volcó allí a las formaciones de “Somos” y “Hacemos”, referenciadas en el frente “Provincias Unidas”, que tuvieron muy buenos desempeños.

El carácter expulsivo de la política libertaria se manifestó en esos distritos con toda nitidez y no hacen falta demasiadas luces para encontrar las razones del fenómeno: la prédica sistemática del odio, los insultos permanentes, las denigraciones a granel y el mesianismo precipitaron el rechazo. Los estrategas libertarios exigían a los jefes territoriales de esas jurisdicciones sumisión incondicional y la entrega de la mayoría de las candidaturas expectantes. Son las mismas condiciones que pretendieron imponer en todas las provincias. Una semana antes de Buenos Aires, el demoledor triunfo del radical Gustavo Valdés en Corrientes había expuesto los inconvenientes de tales delirios imperiales.

Es simple estupidez. Milei no comprende el papel central que tiene la construcción de consensos en la actividad política, ni quiere admitir que la consistencia en ese campo es indispensable para sostener cualquier programa económico. No es una cosa o la otra. Política y economía deben complementarse; el fracaso es indefectible si no lo hacen.

Modelo agotado

Lo que marca la elección bonaerense es el agotamiento de un modelo basado en la destrucción y el vituperio, en el que la arquitectura no ha tenido hasta el momento ninguna gravitación. Milei no tiene un problema instrumental, sino conceptual.

El tiempo de la egolatría desbocada, los agravios y las humillaciones se acabó, el propio Milei cortó el tiento. Es ahora, en la adversidad donde tiene que demostrar si su talla de líder está a la altura de sus gritos. El tiempo de la egolatría desbocada, los agravios y las humillaciones se acabó, el propio Milei cortó el tiento. Es ahora, en la adversidad donde tiene que demostrar si su talla de líder está a la altura de sus gritos.

Las sospechas de corrupción que impregnaron la escena con el escándalo “Karina 3%” se encadenaron con episodios anteriores como la criptoestafa LIBRA y penetraron con una profundidad letal debido al aislamiento al que se condenó durante 20 meses de disparates e improperios.

Los desaciertos de gestión sobre sectores tan sensibles como jubilados, discapacitados y trabajadores de la salud y la incompetencia endémica condensada en forma funesta en las muertes por fentanilo contaminado, engranaron con las revelaciones sobre corruptelas en el marco de internas salvajes tramitadas a través de elementos de inteligencia tenebrosos y voceros estrafalarios.

Los resultados de Buenos Aires verifican una marcha hacia el abismo del vacío de poder que requiere para detenerse mucho más que cambios cosméticos. Las recurrentes derrotas en el Congreso vienen prefigurando desde hace meses la fragilidad oficialista.

Milei ha derrochado la mitad de su mandato en alardes de egolatría y agresiones gratuitas que profundizaron el deterioro del sistema político sobre cuyas ruinas ganó en 2023. La oferta electoral para las nacionales de octubre ya está cerrada. Las deficiencias estratégicas que emergieron en Buenos Aires se proyectan sobre todas las provincias del país: Córdoba, Santa Fe, el Norte, la Patagonia… La paliza bonaerense podría hacer metástasis y copar el Parlamento.

Las autoproclamadas cualidades de líder de Milei enfrentan un desafío definitivo. La tenía fácil, con la oposición fragmentada y aturdida por el impacto de su sorpresiva irrupción, amo y señor de las redes sociales, “rock star” internacional. Ese tiempo se acabó, él mismo cortó el tiento. Es ahora, en la adversidad, donde tiene que demostrar que su talla está a la altura de sus gritos.

Todas sus fichas estaban jugadas hasta ayer en “pintar al país de violeta”, pero los indicios anuncian un arcoiris. Axel Kicillof le ganó la pulseada interna al cristinismo, otros gobernadores del interior comienzan a posicionarse. Es otra generación que empieza a buscar cancha: la generación del propio Milei, a quien ya no acecha el ultrakirchnerismo, sino un viraje del clima político inducido por una sociedad harta de la insensatez y el fanatismo.

Últimas Noticias
NOTICIAS RELACIONADAS