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26 agosto, 2025

Osvaldo Nene Ávila: heredero de una pasión y de un histórico crack

martes, 26 de agosto de 2025 00:54

Dueño de un estilo propio y cerebral para jugar al fútbol, se destacó en varios clubes de Catamarca. Tal vez no pudo mostrar todo lo que él pretendía porque priorizó el trabajo antes que la pasión.

Sin embargo, con 75 años, todavía sigue despuntando el vicio con otros veteranos y reconoce que siempre tuvo sobre sus espaldas, el peso y la responsabilidad de llevar un apellido que es sinónimo de crack en la provincia.

Nacido en pleno corazón de Villa Cubas, Américo Osvaldo Ávila, “Nene” para todos, es nada más y nada menos que hijo del recordado “don Américo”, jugador, técnico, dirigente, periodista y atleta que marcó una época en el deporte local.

Américo hijo debutó siendo un pibe, con apenas 15 años, en el Sportivo Villa Cubas y hasta se dio el gusto de jugar en primera división junto a su padre, que ya estaba en pleno retiro con 40 primaveras. En estas líneas, recorremos parte de su trayectoria y la permanente omnipresencia de su padre.

Tiempos de felicidad

Si bien desde chico se sumó a las inferiores de Villa Cubas, su mayor vinculación con el fútbol, entre los 15 y 17 años, fue en los recordados torneos juveniles de verano que organizaba el extinto diario La Unión. “En realidad yo era uno más del montón, porque había chicos que después fueron figuras. El club había formado un equipo con valores como Villafáñez, ‘Paco’ Castilla o Jorge ‘Sordo’ Agüero y salimos campeones. Después participamos con el nombre de Conesa Central, hasta que finalmente me sumé al equipo de Gomería Herrera, donde nos quedamos tres veces con el título. Recuerdo que allí estaban don Chacón como director técnico, Juan Coronel, Pedro ‘Negro’ Farías, Diez, Morales, Silvio Moreira y ‘Saeta’ Barros, entre otros. Era un verdadero equipazo. Por ese entonces, en el ‘León’ yo alternaba partidos entre la tercera y la primera. Pero no le dedicaba mucho tiempo al entrenamiento”, añade.

  Integrando uno de los equipos de la recordada Gomería Herrera que, con apenas 16 años, ya participaba de los torneos del desaparecido diario La Unión. Ávila es el primero, hincado, a la izquierda. Herrera es el parado primero, a la derecha.   

Su paso por Buenos Aires

“Nene” Ávila cuenta que después se fue a estudiar a Buenos Aires, pero no perdió su vinculación con el fútbol. “Allí logré meterme un tiempo en Vélez Sarsfield, donde lo teníamos de entrenador a don Victorio Spinetto, una leyenda en Liniers. Luego me probé en River, junto al ‘Amarillo’ Acosta, pero siempre en la tercera. Después decidí regresar a Catamarca”.

Destaca que volvió a calzarse los colores de Villa Cubas donde jugó cinco años y recuerda que militando en la Primera B le ganaron una final a San Lorenzo de Alem y el arquero era Ramón “Tripilla” Barrionuevo.

“En ese plantel estaban ‘Chichola’ Misto, Fernando Bulacio y alternábamos con los grandes como ‘Bolsa’ Esparza, Gabino Quinteros, ‘Nicotia’ Tapia o “Escupida” Villafáñez”. En uno de esos años le tocó que su padre fuera el entrenador del “León” y, nos cuenta, que como era un hombre que priorizaba el equipo y al club por sobre todo, “Nene” no tenía muchas posibilidades. “Varias veces mordí banco. Veía él que había otros con más condiciones y los ponía de titular. Mi viejo era muy estricto y disciplinado así que me decidí a cambiar de club. De esta manera fue que pasé a Defensores del Norte, donde estaba Adolfo Sánchez como entrenador. Era otro tipo de plantel y un manejo diferente. Jugaban Víctor Jalil, ‘Pena’ Rodríguez, Juan Liendo, los hermanos Cancino. De mi paso recuerdo que perdimos una final con Vélez, que por ese entonces tenía figuras como Sachetti, ‘Lucho’ Brizuela, ‘Alo’ Barros, ‘Chuscha’ López, ‘Puska’ Nieto, un equipazo. Después del “Defe” fui a parar al Deportivo Unión donde me tocó compartir plantel con ‘Negro’ Gómez, ‘Cuchara’ Moreno, otra vez ‘Alo’ Barros, los hermanos Dumitru. Logramos coronarnos campeones y fue una gran alegría. Pero debo reconocer que yo era un mediocre a la par de todos esos nombres”.

Una foto llena de emoción y recuerdos: Américo Ávila padre recibe un reconocimiento por el aniversario del club Villa Cubas, de parte de don Luis Isaías Ávila, abuelo de “Nene”. 

Retorno y lesión

Al borde de los 30 años regresó a Villa Cubas, pero no alcanzó a jugar muchos partidos porque sufrió una severa lesión. Contra todos los pronósticos, no fue disputando un partido por la Liga Catamarqueña sino representando al ministerio de Salud de la provincia, donde trabajaba, en un torneo interministerial. “Recuerdo que fue en Tucumán, con tanta mala suerte que sufrí la rotura de ligamentos de las dos piernas. Eso fue un golpe durísimo ya que tardé dos años en recuperarme. Entre las operaciones y el proceso de rehabilitación, me costó tomar el ritmo y aunque tenía las ganas de volver, en Villa Cubas ya había muchos valores jóvenes. Estaba Chazarreta de entrenador y tenía una buena base. Me di cuenta que no les podía seguir el ritmo y tomé la decisión de dejar el fútbol en primera división”, apunta.

Siempre en Veteranos

Justo cuando deja el fútbol, viene la época que se empieza a formar la Liga de Veteranos en Catamarca y Ávila participó activamente junto al ‘Negro’ Herrera, Ricardo Tapia y otros entusiastas dirigentes en su creación.

“Empezamos jugando en la cancha que estaba atrás del Círculo Policial y a los 37 años con la Liga formalmente conformada me sumé a REV Constructora y de allí no paré. Jugué en casi todos los clubes. Yo siempre buscaba amigos y por lo tanto cada cinco años cambiaba de club. Así fue que estuve 5 años en Policías Retirados, 5 en Maderera Concepción, 5 en Marcos Avellaneda, otros años en DUCA y así en todos los clubes. Ahora los que tenemos entre 70 y 75 años nos juntamos a jugar como un grupo de amigos. Es una manera de celebrar la vida, compartir. Sostengo que muchos virtuosos quedaron en el camino y muchos mediocres llegaron lejos. Así es el fútbol”.

Sobre el final de la charla destaca que nunca quiso ser entrenador porque “si mi viejo era muy jodido como técnico, yo soy tres veces más jodido. Por lo tanto, dije mejor no, prefiero tener amigos y no personas que estén molestas por mis decisiones”. 

Osvaldo recibió en 2007 el reconocimiento del club Marcos Avellaneda, por su trayectoria y contribución al club, en la categoría Master de la Liga de Veteranos. 

Redacción y producción: Rafael Andrés Bruno.

DOS GENERACIONES

Entre las múltiples anécdotas que tiene en su haber, “Nene” menciona que se dio el lujo y el gusto de jugar con su padre en un partido de Primera. “Yo tenía 15 años y mi viejo estaba en los 40. Te imaginas, creo que se dio muy pocas veces en el fútbol de Catamarca. Mi viejo jugaba de tres y yo en el medio. El técnico creo que era Peralta. Al comienzo sentí nervios porque él tenía su forma muy severa de sentir el fútbol, pero a medida que comenzó a correr la pelota, me fui acomodando y jugué más suelto. Eso fue un orgullo tremendo y sobre todo, lo que el tiempo te demostró después. Hoy, casi todos aquellos que fueron figuras y crecieron de la mano de mi padre, me recuerdan que Américo además de formarlos como jugadores, los formó como personas. Los ayudó a enfrentar la vida, cómo desenvolverse, formar una familia y fijarse metas, más allá de los obstáculos. Lo viví en carne propia, porque en mi casa él estaba arriba de todo. Fue árbitro, jugador de bochas, técnico de básquetbol, jugador de pelota a paleta, hizo todo y casi todo bien”.

Algo Personal 

Nombres y apellido: Osvaldo Américo Ávila. 

Apodo: “Nene”. 

Fecha de nacimiento: 10 de abril de 1950. 

Lugar: Capital – Catamarca. 

Padres: Américo Osvaldo Ávila y Jorgelina Arréguez. 

Hermana: Graciela Jorgelina. 

Esposa: Selva Carrizo. 

Hijo: Gabriel Osvaldo. 

Nieto: no tiene. 

Trabajos: Jubilado (Ministerio de Salud de la provincia). 

Hincha: Racing Club de Avellaneda.  

Ídolo: Leonel Messi. 

Ídolos locales: varios, de distintas épocas. 

Hobby: pescar y ver automovilismo. 

Comida preferida: locro. 

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