Continúan saliendo relatos de las personas que viven en Laguna Blanca, localidad que se vio atravesada por el fuerte temporal de viento del pasado 1 de agosto, en el que se perdieron viviendas, animales y se registraron importantes daños materiales.
Belén Diadio, un medio local, compartió el testimonio de un vecino: “Por ahí la gente te cuenta cómo ha pasado la noche y te quedás sin palabras, no sabés lo que le vas a decir.”
“Yo tengo varias casas, donde siempre voy a dormir. Si no voy a una, voy a otra. Y hay niños, y uno está y bromea siempre con ellos, y un changuito me dice: ‘Don Cuchi’, porque así me dicen, ‘ya no voy a poder ir a dormir a mi casita, se nos ha caído, ya no tenemos casa‘”, relató el vecino.
Asimismo, indicó que, según el relato de otros vecinos, había familias que a las seis de la mañana pensaban en cavar un pozo y meterse allí para resguardarse del viento. “Y pensar que hay familias que hizo así, se refugió tapándose con colchas en el cerco del corral”, agregó.
También señaló que la gente se socorrió mutuamente y que pasaban de una casa a otra a cuatro patas, porque caminando no podían: el viento los llevaba, los golpeaba la arena y les tiraba cosas.
“Yo me fui a ver en una cancha porque había animalitos, no los encontré, pero había pedazos de adobe de una casa que está a más de 200 metros. No los podía agarrar con las dos manos, ¿cómo habrá sido cuando iba rebotando, cuando lo llevaba el viento?”, señaló.
En medio del dolor, el vecino dijo: “En el campo no hay pasto, la arena lo tapó todo, y hay animales muertos: vicuñas, suris, cabras, ovejas. Voy conversando con algunas familias y no sé qué vamos a hacer de aquí en adelante, no tenemos ganas de nada”
Aun así, las muestras de solidaridad y compromiso continúan: “Hicimos una campaña solidaria para llevar algo, y seguimos preparando para los próximos días. Hay casas que, a pesar de que no se cayeron las paredes o se voló el techo, las paredes están agrietadas. Hasta tarde estamos torteando para hacer las reparaciones.”