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San Fernando del Valle de Catamarca
26 marzo, 2025

Necesito un hueso, un cuerpo, poder enterrarlos: Noemí Toledo y la lucha por la memoria en Catamarca

Noemí Toledo es catamarqueña y ha transitado una vida marcada por la búsqueda de sus familiares desaparecidos. Nacida en la Capital, vivió su niñez en los turbulentos años ’70, una época oscura en la historia del país.

Actualmente, es presidenta de la Asociación de Derechos Humanos de la provincia y desde 2016 dirige la Casa de la Memoria, ubicada en calle 9 de Julio 1276. Este sitio, declarado Sitio de la Memoria en 2015 y Monumento Nacional en 2018, actualmente es un símbolo de memoria y justicia.

Su vida dio un giro radical cuando, a los 13 años, Noemí se enteró de que su familia había sido secuestrada en cercanías del centro de la ciudad. Nunca más volvió a ver a su tía Griselda del Huerto Ponce ni a su primo Julio Genaro Burgos.

Los secuestros fueron parte de un operativo sistemático de persecución y exterminio. Ponce y Burgos fueron secuestrados en la madrugada del 15 de diciembre de 1976, en la casa donde hoy funciona el monumento. Meses antes, su tío Francisco Gregorio Ponce, militante de la Juventud Obrera Católica, también había sido secuestrado, en la plaza de la Estación, a plena luz del día, el 6 de abril de 1976.

“No podía entender lo que estaba pasando”, recuerda Noemí. “La casa estaba marcada, sabían que tenía varios accesos, por eso el secuestro se hizo rápido”. A partir de ese día, hizo una promesa: “Le prometí a mi tía que iba a cuidar la casa, que no iba a hacer sucesión, porque cuando vuelvan, no iban a poder encontrarnos”.

Hoy, Noemí mantiene viva la lucha por la memoria. “No soy la única”, dice. “En Catamarca tenemos 58 víctimas del terrorismo de Estado“. Como es el caso de Nelly Yolanda Borda, una joven estudiante de bioquímica oriunda de Belén, militante del PRT, secuestrada en enero de 1977 y aún desaparecida.

El pedido de justicia

En octubre de 2021, tras años de lucha, la justicia condenó al exmilitar Francisco Gabriel Castañeda a 14 años de prisión por su rol en el secuestro y asesinato de Julio Genaro Burgos y Griselda del Huerto Ponce. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación fue querellante en la causa.

El juicio, denominado Ponce Borda III, fue el tercero realizado por estos crímenes y el cuarto en la provincia por delitos de lesa humanidad. Otros tramos del proceso judicial resultaron en condenas para exmilitares y expolicías responsables de los secuestros y desapariciones.

“Cuiden la democracia”

Al conmemorar un nuevo aniversario de estos hechos, Noemí vuelve a recordar a sus familiares con lágrimas en los ojos. Pero también deja un mensaje de advertencia ante el avance de los discursos negacionistas y violentos.

“Los jóvenes tienen que saber lo que pasó. No podemos permitir que la historia se repita”, insiste. Y concluye con una frase que resuena como un legado: “Cuiden la democracia”.

Mirá la nota completa, realizada por INFORAMA.

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