lunes, 17 de marzo de 2025 00:32
Los vientres subrogados -también conocido como gestación subrogada- ha generado un intenso debate en todo el mundo ya que plantea interrogantes sobre la autonomía, la dignidad humana, la explotación y el derecho a la maternidad o paternidad. En este artículo, queremos abordar las distintas perspectivas sobre esta práctica que una parte de la sociedad la considera una opción legítima y altruista mientras que otra parte la ve como una forma de cosificación del cuerpo de la mujer y una mercantilización de la gestación.
La gestación subrogada es un proceso en el cual una mujer gesta un bebé que, en la mayoría de los casos no tiene relación genética con ella, con el objetivo de entregarlo a los futuros padres al nacer. Existen dos tipos: la tradicional, en la que la gestante aporta su propio óvulo, y la gestacional, en la que el embrión se crea mediante fecundación in vitro y no hay vínculo genético con la gestante. Ahora bien, la regulación varía significativamente según el país. En Estados Unidos y Canadá, ciertas jurisdicciones permiten y regulan esta práctica, mientras que en España o Francia, está prohibida.
La falta de un marco legal unificado ha llevado a que muchas parejas recurran a la subrogación internacional, lo que puede generar problemas legales en cuanto al reconocimiento de la filiación. Uno de los principales debates éticos gira en torno a la posible explotación de las mujeres gestantes, especialmente en países donde las condiciones socioeconómicas las pueden llevar a aceptar acuerdos por necesidad económica. Es que las personas gestantes provienen de situaciones de vulnerabilidad económica, lo que plantea la duda de hasta qué punto su decisión es verdaderamente libre o está condicionada por la necesidad.
Es decir, la maternidad no debería reducirse a un contrato. Además, se plantean distintos interrogantes sobre el derecho del niño nacido por subrogación: ¿Cómo se garantiza que crezca en un entorno donde sus derechos sean protegidos? ¿Qué ocurre si los padres intencionales deciden no aceptar al bebé por razones médicas o personales? Quienes apoyan la gestación subrogada argumentan que debe ser un acto voluntario y regulado, con garantías para todas las partes. Uno de los principales argumentos a favor es que permite a personas que, por razones médicas, biológicas o de orientación sexual, no pueden gestar un hijo propio. Se la ve como un acto de solidaridad en el que una mujer decide, de manera voluntaria, ayudar a otras personas a cumplir el sueño de ser padres y madres.
En este contexto, cabe reseñar que Argentina no cuenta con una legislación específica aunque en la práctica algunos casos han sido aceptados mediante decisiones judiciales. Por eso, regular de manera ética y justa esta práctica es el gran desafío de la sociedad, evitando que la desesperación o el lucro primen sobre la dignidad humana.