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miércoles, 16 octubre, 2024

Los vecinos piden por el cuidado de su barrio

Vecinos y vecinas de la zona del Abasto presentaron en la Legislatura un proyecto de ley para ampliar el Área de Protección Histórica (APH) en el entorno del ex mercado y actual shopping del Grupo Irsa en el barrio de Balvanera. Hasta el momento, la protección patrimonial sólo alcanza a la manzana del edificio y las agrupaciones vecinales quieren que se extienda a un perímetro mayor que sume, además, límites en las alturas para construir y una serie de inmuebles y pasajes a proteger en el barrio. 

La iniciativa ya fue ingresada a la Legislatura porteña y los vecinos y vecinas proponen que se incorpore a la discusión que se está llevando a cabo por la actualización del Código Urbanístico (CUR) ya aprobada en primera lectura, que deberá pasar por audiencia pública. Así lo indicaron desde Cultura Abasto, la organización barrial que impulsa el proyecto: “Es necesario plasmar en una ley la protección material de nuestra memoria arquitectónica y cultura”, sostuvieron en un comunicado. 

Actualmente, el Abasto tiene un grado de protección: la parcela ubicada entre la Avenida Corrientes y las calles Agüero, Lavalle y Dr. Tomás Manuel de Anchorena, donde se encuentra el shopping, está catalogada como APH N°32 – Mercado del Abasto. Eso es así gracias a la Ley N° 841 aprobada en el año 2009 y luego incorporada al CUR del 2018. Esa ley le dio al edificio protección estructural y ambiental al considerarlo “un hito urbano de escala monumental y exponente de la arquitectura utilitaria”, pero no se extiende más allá de los límites de esa manzana.

“No es suficiente”

Elisabet Mosconi, vecina de la zona e integrante de Cultura Abasto, sostiene en diálogo con este diario que el actual alcance de la protección “no es suficiente“: “Como habitantes del lugar, en estos tiempos hemos ido trabajando mucho el tema con vecinos, centros culturales o artistas y no paramos de comprobar que el Abasto es una zona con una historia muy porteña que va más allá del mercado y que abarca a las calles que lo rodean”, señala. 

La propuesta de Cultura Abasto es que el área de protección se extienda a un perímetro más grande dentro del barrio de Balvanera, que pasaría a estar compuesta por el APH – Mercado del Abasto y Entorno. El polígono previsto en el proyecto está conformado por unas doce manzanas, dentro de la zona constituida por las calles Tucumán, Jean Jaures, Gallo y la Avenida Corrientes. Allí buscan consolidar un “área de baja altura” en relación al tipo de arquitectura que existe en el lugar. 

“Son las alturas que están construidas hoy, sin contar con las torres que han sido levantadas o se están levantando ahora por convenios anteriores y que es incomprensible que se hayan autorizado en esta zona. Lamentablemente eso ya no lo podemos tocar, pero sí podemos proyectar una zona de Abasto que tenga que ver con una unidad de paisaje urbano con sus casas, centros culturales, pasajes o calles adoquinadas que forman parte de la identidad porteña de este barrio”, apunta Mosconi.

Por fuera del polígono propuesto, la agrupación también propone extender una “zona de amortiguación” con alturas medias hasta la calle Ecuador y hacia la calle Billinghurst, ya en el barrio de Almagro. Además, busca incorporar alrededor de 90 edificios al listado de inmuebles catalogados con protección cautelar y asegurar la conservación de los pasajes de la zona como el Carlos Gardel y el Zelaya. En la Legislatura también se está discutiendo actualmente la incorporación de inmuebles al catálogo definitivo, pero desde Cultura Abasto plantean que eso será insuficiente si no se hace en conjunto con un límite en las alturas de construcción. 

La organización viene realizando en las últimas semanas diversas actividades para impulsar el proyecto. El domingo pasado organizaron una caminata por el barrio al cumplirse cuarenta años desde el cierre del mercado. “Son oportunidades para reconocer el barrio y cada vez que lo hacemos juntamos muchas almas que nos apoyan. Creemos que es muy importante la participación ciudadana y contamos con el apoyo de los vecinos y de los centros culturales porque hay una gran identificación de la gente con el barrio“, sostiene Mosconi en este sentido.  

La vecina agrega que el proyecto no tiene que ver sólo con la protección patrimonial de la zona sino también con el ambiente del barrio: “Si seguimos permitiendo construir vamos a terminar de perder la luz del sol. Acá hay casonas que están construidas con mezclas de barro. Esas casas necesitan luz y ya les está pasando que tienen mucha humedad, pero no hay relevamientos de esas situaciones”, indica.

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