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San Fernando del Valle de Catamarca
16 agosto, 2025

Los crímenes son siempre crímenes

La condena a la matanza cotidiana que los soldados israelíes perpetran sobre hombres, mujeres y niños, con la violencia de las armas o la ignominia de la hambruna a los que los somete, se extiende de modo global entre naciones, organizaciones humanitarias y personas empáticas con el sufrimiento de sus semejantes en ese infierno llamado Gaza.

La palabra genocidio se enciende dramáticamente cada vez más, avivada por el fuego de la metralla y por las imágenes de rostros inocentes y sufrientes, no de terroristas islámicos, sino de personas comunes, familias enteras aniquiladas, que han sido condenadas al brutal ajusticiamiento solo por haber nacido en un territorio en disputa, ahora arrasado por las bombas del contendiente más poderoso. Esas imágenes son cada vez más escasas, porque ya casi no hay quien registre los estragos que produce la masacre debido a que también los periodistas son víctimas de los crímenes de guerra.

El diputado libertario Adrián Brizuela desvincula a Israel, contra toda evidencia, de la responsabilidad de la hambruna y la matanza de niños en Gaza. El diputado libertario Adrián Brizuela desvincula a Israel, contra toda evidencia, de la responsabilidad de la hambruna y la matanza de niños en Gaza.

Mientras la condena se expande, intentando generar un clima que propicie el fin de tanta violencia ya unidireccional, con el terrorismo islámico prácticamente anulado, en Catamarca el diputado libertario Adrián Brizuela utilizó sus redes sociales para incursionar en el análisis de la política internacional desvinculando a Israel, contra toda evidencia, de la responsabilidad de la hambruna y la matanza de niños en Gaza. Según el legislador, la versión de un gobierno israelí responsable de lo que sucede en esa porción de territorio es difundida por lo que denomina “la izquierda boba”.

En su publicación, Brizuela sostiene que “el responsable de la hambruna, de los niños usados como escudos humanos (…) no es Israel sino Hamás”. Y alardea que “es un error supino querer analizar el conflicto árabe-israelí desde la perspectiva marxista de la lucha de clases”.

El diputado libertario reencauza luego hacia el sentido común, con argumentos que pueden compartirse o no pero que no incurren en el irracional negacionismo, al formular apreciaciones positivas respecto de la calidad de la democracia parlamentaria israelí y de la “tolerancia y respeto por la diversidad y los derechos humanos nunca antes vistos en la historia de la humanidad” como contribución de la cultura judeo-cristiana. También cuestiona a la izquierda por apoyar a Palestina, cuyas pautas culturales están alejadas de las posturas del progresismo.

El negacionismo de Brizuela, configurado por propia iniciativa o para congraciarse con su jefe político nacional, vaya uno a saber, deviene, en su intento por desligar de responsabilidades a Israel, peligrosa distorsión de la realidad. Se debe condenar enfáticamente la violencia asesina tanto de la organización terrorista Hamás como de un gobierno que aprovechó el fatídico ataque del 7 de octubre de 2023 para desplegar una violencia sin precedentes en la región. Los crímenes son siempre crímenes, no importa la nacionalidad del que apretó el gatillo, sobre todo si detrás de la mira hay personas indefensas y hambrientas.

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