jueves, 4 de septiembre de 2025 16:00
A los 73 años, Soledad Silveyra sorprendió con una confesión íntima y conmovedora. Sin dramatismos, con su estilo frontal y despojado, la actriz aseguró que no teme al final de la vida y que ya tiene todo planificado para cuando llegue ese momento. La revelación ocurrió durante una charla con Mario Pergolini en su programa Otro día perdido, donde habló con naturalidad de un tema que suele generar incomodidad.
Con unas bucaneras que dejaron en claro su espíritu joven y la sonrisa que siempre la caracterizó, “Solita” reconoció que la muerte es un tema del que suele conversar abiertamente, tanto con sus hijos como con sus nietas mayores. En ese contexto, reveló que les pidió que cuando llegue el día de su partida, se realice un brindis y todos bailen a su alrededor. Según ella, ese sería el mejor homenaje a su vida.
Incluso relató con humor la respuesta de una de sus nietas, que le contestó con ironía: “Vos vas a estar muerta y nosotros celebrando que se murió Tatita”. Lejos de ofenderse, Silveyra aseguró que valora esa sinceridad y que lo importante es que el adiós no se viva con tristeza, sino con un espíritu de celebración.
Soledad Silveyra también hizo hincapié en que siempre quiso morir con dignidad. No es la primera vez que se expresa sobre este tema: en entrevistas anteriores, ya había dejado en claro que apoya firmemente la eutanasia. “Soy una persona que está totalmente de acuerdo con la eutanasia. Yo voto a favor”, remarcó, dejando en claro que defiende la posibilidad de decidir sobre el final de la propia vida.
Para ella, la cuestión no es abstracta. Recordó que su madre se quitó la vida, y subrayó que lo que desea para sí misma es algo muy distinto: poder irse “con una sonrisa” y sin convertirse en una carga para los demás. Por eso insistió en la importancia de una ley que regule este tema en Argentina.
“Suicidio asistido” es un término que no le agrada. Soledad Silveyra explicó que no se trata de eso, sino de elegir un final digno, en paz y sin sufrimiento. “Quiero estar en este mundo mientras me pueda mover por mí misma”, dijo con convicción, reafirmando que no concibe una vida sin autonomía.
A pesar de la crudeza del tema, Soledad Silveyra transmitió un mensaje sereno y hasta esperanzador. Con humor, ternura y firmeza, dejó en claro que la muerte no tiene que vivirse como una tragedia, sino como una parte más del camino.
Soledad Silveyra, con la misma fuerza con la que construyó su carrera artística, hoy se anima a poner palabras a lo que muchos temen. Su deseo es simple pero contundente: despedirse rodeada de amor, música y libertad.