miércoles, 22 de enero de 2025 00:49
La irrupción a corto o medio plazo en el mercado europeo de la potente NBA, un objetivo que ambicionan sus responsables, presentes esta semana en París, tienen en vilo al básquetbol del Viejo Continente, pese a que los planes de la liga estadounidense sean aún muy vagos.
Con el peso de los 76.000 millones de dólares en derechos televisivos asegurados hasta 2036 (a partir de la próxima temporada), cuando la NBA viaja a Europa los cimientos del tradicional básquet europeo tiemblan.
El comisionado de la NBA, Adam Silver, no desaprovecha la ocasión desde hace seis meses de destacar su deseo de implantar la liga estadounidense en Europa, más allá de los partidos de liga regular organizados en París desde 2020.
Este jueves y sábado, en el Bercy Arena, los San Antonio Spurs del ídolo francés Victor Wembanyama, ya convertido en una de las estrellas de la NBA, se medirán a los Indiana Pacers.
Presente en Francia en agosto durante los Juegos Olímpicos, Silver habló del deseo “de los propietarios de las franquicias por invertir más en el baloncesto mundial”.
Es el caso de la Euroliga, competición privada y casi cerrada creada en 2000 por los grandes clubes europeos, que abandonaron la tutela de la FIBA (Federación Internacional) en gran parte justamente para aumentar sus ingresos.
Un cuarto de siglo después, el torneo continental brilla por su interés deportivo, pero la mayoría de los clubes participantes pierde dinero: por ejemplo, 20,8 millones de euros (21,6 millones de dólares) en el caso del Real Madrid en la temporada 2023-2024.