lunes, 18 de agosto de 2025 17:00
Rocío Marengo atraviesa uno de los momentos más especiales de su vida luego de confirmar, hace apenas dos meses, que será mamá por primera vez. Sin embargo, detrás de esa feliz noticia hubo un largo recorrido lleno de obstáculos, renuncias y un enorme esfuerzo personal que la modelo decidió compartir públicamente este fin de semana en La Noche de Mirtha.
Durante la entrevista, Rocío Marengo relató cómo el deseo de convertirse en madre la llevó a modificar por completo su estilo de vida y hasta a dejar de lado compromisos laborales que le resultaban importantes. “Viví muchos años en Chile y trabajaba mucho allí, pero tuve que frenar todo porque los tratamientos eran muy demandantes. Tenía que estar en Buenos Aires para cada control o inyección y eso me drenó emocionalmente”, reconoció con total sinceridad.
La decisión de enfocarse en la maternidad no fue sencilla para ella. Rocío Marengo explicó que el proceso se extendió por cinco años y que debió atravesar distintas instancias médicas junto a su pareja, Eduardo Fort. “Primero intentamos con tratamientos de baja complejidad, después probamos con medicación y finalmente llegamos a la fecundación in vitro. Fue un camino largo, de mucha paciencia y fe”, expresó la futura mamá.
Además de los desafíos médicos, Rocío Marengo también tuvo que enfrentarse a los cambios cotidianos que implica la conformación de una familia ensamblada. Eduardo Fort ya es padre de tres hijos, y la convivencia supuso un proceso de adaptación para todos. “Me llevó tiempo darles ese calor de hogar, organizar horarios y rutinas. Hoy podemos decir que somos una familia consolidada y este bebé fue recibido con una felicidad enorme”, aseguró.
El círculo íntimo también tuvo un rol clave en este proceso. Rocío Marengo contó con el acompañamiento de Martita Fort, hija de Ricardo, con quien forjó una relación muy cercana durante los años de tratamiento. “Con ella se dio algo muy natural, tenemos una conexión muy linda. Fue una gran compañera en un momento muy difícil de mi vida”, contó emocionada.
Incluso en tono de anécdota, Rocío Marengo reveló que la familia ya se empezó a organizar para recibir al nuevo integrante. “Feli, el sobrino de Edu, fue el primero en anotarse como padrino, y Martita será la madrina. Todo esto nos une aún más”, compartió con una sonrisa.
El relato de Rocío Marengo expuso el enorme esfuerzo físico y emocional que implicó llegar a este embarazo. A los 45 años, la modelo dejó en claro que ser madre fue una elección que demandó tiempo, sacrificio y una determinación inquebrantable.
Hoy, con el embarazo en curso y rodeada de afectos, Rocío Marengo disfruta de un presente en el que la alegría se impone sobre las dificultades. Su decisión, aunque dura y desafiante, la llevó al sueño más esperado: el de tener a su primer hijo en camino.