Alumnos de 5to. A de la Escuela Municipal “Gustavo Gabriel Levene” transforman residuos en fogoneros artesanales de triple impacto. Su proyecto redefine la calefacción con una propuesta libre de humo y monóxido de carbono, cuida la salud, el ambiente y deja una enseñanza que estos jóvenes recordarán en el futuro.
En un mundo que busca soluciones más conscientes y respetuosas con el planeta, los alumnos de 5to. A de la Escuela Secundaria Municipal N°3 “Gustavo Gabriel Levene”, en la Capital, están marcando la diferencia. Desde abril, forman parte del programa “Aprender a Emprender” de la organización Junior Achievement, y en ese contexto crearon “Llama Eterna”, un emprendimiento que transforma residuos en innovadores fogoneros artesanales, sostenibles y con un impacto triple: social, económico y ambiental. Este ambicioso proyecto los llevará a competir en una instancia de evaluación nacional, con la posibilidad de abrir una puerta internacional.
Un fogonero que cuida la salud y el ambiente
Los fogoneros de “Llama Eterna” son un testimonio de creatividad y compromiso ecológico. Fabricados con materiales reciclados como papel en desuso, cartón de huevo y latas, combinados con cemento y piedras decorativas, estos productos ofrecen una alternativa económica para ambientar y calentar espacios. No emiten humo ni monóxido de carbono, ya que funcionan con alcohol al 96% o bioetanol, haciéndolos seguros para interiores y exteriores. Además, permiten la difusión de aromas con aceites esenciales, o incluso como repelente con el agregado de citronela a las piedras del fogonero.
Milagros, la directora general de la empresa, explicó esa versatilidad. “En invierno lo usamos como fogonero, también le podemos poner esencia a las piedritas para aromatizar el ambiente. La llama dura de 30 a 40 minutos”, detalló. Los fogoneros están pensados no sólo como una fuente de calor, sino como un objeto decorativo y funcional.
El surgimiento de la idea
“Llama Eterna” nació de una observación cotidiana en la escuela: la gran cantidad de papel en desuso. La docente Elisa Sánchez contó que, al iniciar el programa de Junior Achievement, la premisa era clara: “Tenemos que buscar un producto que sea sustentable, de triple impacto y que sea innovador”. Después de encuestas y debates, los estudiantes se enfocaron en el reciclaje de papel.
La idea original era crear macetas, pero, como comentaron en la entrevista con Revista Express, se dieron cuenta de que “no era innovador, porque la maceta se puede ver en cualquier lado, por más que sea hecha con papel”. “Entonces decidimos darle otro uso a la maceta y creamos este fogonero”. El camino no fue sencillo, porque al principio los prototipos hechos sólo con papel y cemento carecían de resistencia. “Se nos partían cuando lo desmoldábamos”, contaron. Así fue que una compañera aportó la idea de sumar a la preparación cartones de huevo que tenía en desuso, que, junto con el cemento y arena, logrando la durabilidad deseada y la sustentabilidad buscada.
“Llama Eterna” abraza los principios de la economía circular y el desarrollo sostenible. Su modelo de negocio se basa en tres pilares.
Económico, porque crearon un producto accesible con bajos costos de producción gracias al reciclaje, pero con un valor de mercado competitivo, lo que les permitió generar ganancias y ofrecer una rentabilidad del 85% a sus accionistas iniciales.
Social, porque el proyecto fomenta el trabajo colaborativo, la escucha activa y la resolución de conflictos dentro del grupo. Además, buscan inspirar a la comunidad y demostrar que los jóvenes pueden emprender con conciencia.
Y ambiental, porque dan una segunda vida a grandes cantidades de papel y otros residuos como latas y cartones de huevo, contribuyendo a la reducción del descarte masivo. El proyecto se alinea con los ODS 12 (Producción y Consumo Responsable) y ODS 3 (Salud y Bienestar).
“Los chicos han sido generadores de una necesidad que antes en el mercado nuestro por lo menos no existía. El fogonero no necesita recursos elevados, que puede comprarlo tranquilamente cualquier tipo de estamento social, desde el que tiene menos o para el que tiene más”, comentó la profesora Sánchez. El proyecto también es coordinado por la directora de la escuela, Virginia Werner.
Éxito y proyecciones
El desempeño del curso fue excepcional. Tras una exitosa rueda de capitalización en junio, que se realizó en el Nodo Tecnológico de la Capital, los jóvenes vendieron 58 acciones (29 internas y 29 externas), con lo que recaudaron el capital inicial de $190.280. Produjeron 39 unidades y vendieron 30, sobrepasando su objetivo inicial.
Tras esa primera rueda de capitalización pudieron participar, invitados por la Municipalidad de la Capital, con un stand en la última Fiesta Nacional e Internacional del Poncho. “Agotamos stock en 3 días. Hablamos con gente de Santiago del Estero, de Tucumán, de Córdoba, de todas las provincias y nos decían que estaban resorprendidos porque en ningún otro stand habían visto un producto como el nuestro”, contó Victoria, directora de Marketing del proyecto. Hoy se proyectan a producir y vender 20 unidades adicionales para alcanzar las 50 ventas antes del 30 de septiembre, superando el escenario más optimista que se plantearon en abril cuando comenzaron este camino.
Las enseñanzas extracurriculares
El proceso ha estado lleno de aprendizajes, según contaron los propios protagonistas. La profesora Elisa Sánchez reforzó esto y enfatizó la importancia del trabajo en equipo, lo que les permitió lograr estos resultados y les enseñó a enfrentar obstáculos, adaptarse a los tiempos escolares y resolver problemas con compromiso.
El éxito del proyecto los llevará a participar de una instancia regional, y luego a la nacional, donde de 50 escuelas inscritas, sólo tres emprendimientos avanzarán a la instancia internacional en Brasil, donde participan países de toda Latinoamérica.
Más allá de los premios, este proyecto ha despertado habilidades blandas esenciales para el futuro de estos jóvenes: responsabilidad, compromiso, empatía y la capacidad de transformar ideas en realidades con impacto positivo. “Llama Eterna” no es sólo un producto; es la manifestación del potencial de una nueva generación de emprendedores conscientes, que encienden la llama del cambio desde Catamarca, por qué no, para el mundo.
Texto: Peze Soria
Fotos: Ariel Pacheco y gentileza alumnos de 5to. A de la Escuela Municipal N°3.