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San Fernando del Valle de Catamarca
15 junio, 2025

Israel atacó una importante refinería de gas iraní en el golfo Pérsico

A pocas horas del primer ataque de Israel a Irán y la inmediata represalia en un conflicto que ya se cobró la vida de al menos 78 iraníes, durante la tarde del sábado el ejército israelí atacó South Pars, uno de los yacimientos de gas natural centrales del mundo. “Un dron israelí golpeó una refinería en la fase 14 del yacimiento de gas natural South Pars, en el golfo Pérsico, lo que provocó una fuerte explosión”, informaron desde el medio Iran Front Page.

Según indicaron, el ataque fue realizado por drones que impactaron la refinería de Fajr Jam y el puerto de Kangan, en la costa del Golfo Pérsico, todos en la provincia de Bushehr.

Las fuerzas de seguridad trabajaban para extinguir el incendio causado a partir de la explosión.

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Los antecedentes al ataques a South Pars

El ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) al yacimiento de gas South Pars, el más grande del mundo, la refinería de gas natural Fajr Jam y el puerto de GNL de Kangan, en la costa del Golfo Pérsico, es un capítulo más en la historia de ataques a infraestructuras energéticas, siempre impulsados por conflictos bélicos.

Un ejemplo emblemático de la devastación se vio durante la Guerra del Golfo en 1991, cuando las fuerzas iraquíes en retirada incendiaron cientos de pozos petroleros en Kuwait. Este acto resultó en una catástrofe ambiental masiva, con incendios que ardieron durante meses, liberando enormes cantidades de humo tóxico y causando derrames de petróleo que afectaron gravemente el ecosistema de la región.

Más allá de los conflictos tradicionales, los actos de sabotaje y el terrorismo también han sido responsables de ataques significativos. En distintas regiones, grupos insurgentes o disidentes han tenido como objetivo la infraestructura energética para interrumpir el suministro, desestabilizar gobiernos o ejercer presión política.

Estos ataques pueden variar desde la detonación de oleoductos y gasoductos hasta incursiones directas en instalaciones de producción o refinación, buscando maximizar el daño económico y la interrupción de las operaciones.

En la actualidad, una amenaza creciente son los ciberataques dirigidos a la infraestructura energética. Con la creciente digitalización de los sistemas de control y operación de yacimientos y refinerías, estos activos se han vuelto vulnerables a ataques informáticos que buscan desde el robo de información hasta la interrupción de las operaciones.

Ucrania, por ejemplo, reportó múltiples ciberataques a sus instalaciones energéticas, que buscan afectar el suministro de combustible y reducir los ingresos en el contexto de su conflicto con Rusia.

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