viernes 17 de enero de 2025
Catamarca, ARGENTINA
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Editorial
Un comunicado de la empresa Aguas de Catamarca difundido ayer revela la existencia de numerosas conexiones clandestinas detectadas en controles realizados con el propósito de combatir el derroche y hacer un uso responsable del agua. Los casos señalados por la empresa no se refieren a casos particulares en viviendas, que son también habituales, como las conexiones clandestinas domiciliarias de la energía eléctrica, sino, y eso es lo que llama particularmente la atención, a casos de robo de agua para riego de fincas mediante la utilización de conexiones de mayor envergadura y con un grado de logística más avanzada que lo habitual.
El robo de agua para ser utilizada en campos es un delito, pero también constituye un acto que revela ausencia de solidaridad, porque el líquido que se sustrae es el que le falta a muchas personas para satisfacer necesidades básicas. De hecho, algunos de estos operativos se despliegan a partir de denuncias de vecinos que se quejan de la falta de agua o de la escasa presión.
El informe de Aguas de Catamarca consigna que durante una intervención desarrollada en el departamento Capayán, más precisamente en Chumbicha, se detectaron y desmantelaron conexiones clandestinas de alto impacto, incluyendo una cañería de 75 milímetros que abastecía ilegalmente a campos con plantaciones, reduciendo significativamente la presión de agua para los vecinos de los barrios 50 Viviendas y 20 Viviendas de esa localidad.
También en el departamento Ambato se llevaron a cabo operativos de control. Allí también se identificaron conexiones clandestinas y se colocaron medidores en fincas donde, según el comunicado, “se identificó un consumo desmedido y pérdidas importantes”.
Es importante que este tipo de controles, que habitualmente se llevan a cabo con la colaboración de la Secretaría de Agua, Energía y Medio Ambiente y de los municipios, se realicen de un modo sistemático. Es altamente probable que en todos los departamentos se registren casos similares. La tarea no es sencilla y requiere de operativos exhaustivos, pero son necesarios para establecer un ordenamiento y adecuación al acceso legal al servicio con el propósito de racionalizar el uso de este bien escaso, particularmente en épocas de altas temperaturas que demandan un uso intensivo, tanto para el consumo humano como para la producción agropecuaria.
Es importante distinguir el tipo de usuario que realiza las conexiones clandestinas. Aunque siempre constituyen un acto ilegal, no es lo mismo que se trate de una conexión para abastecer a una vivienda de agua potable que a un campo en producción. En el primero de los casos el Estado tiene la obligación de asistir a esas familias y ayudarlas a regularizar y legalizar el consumo. En el segundo de los casos se debe proceder con mayor firmeza, haciendo cesar el acto clandestino e imponiendo las sanciones contempladas por la normativa vigente.