En la ciudad de Recreo, los trabajadores de la fábrica textil Sabri atraviesan una situación de extrema precariedad laboral. Según María Villafañe, delegada del Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA), los empleados enfrentan la constante demora en el pago de sus salarios y condiciones de trabajo insalubres.
A pesar de las múltiples solicitudes de inspección laboral, la fábrica nunca fue revisada por las autoridades competentes, lo que agrava aún más la situación. “Es una problemática de nunca acabar”, expresó Villafañe, quien denuncia que la empresa contrató personal y luego los dejó sin remuneración.
El conflicto afecta aproximadamente a 100 trabajadores, aunque solo 16 están afiliados al SOIVA. Villafañe aseguró que muchos empleados son amenazados con despidos si se sindicalizan, lo que refleja una clara intención de la empresa por evitar la organización obrera.
En cuanto a los salarios, la delegada explicó que, aunque se prometió el inicio de los pagos esta semana, la deuda acumulada sigue siendo elevada y las condiciones no mejoran. “Está totalmente todo desbaratado”, lamentó Villafañe, destacando que además de los salarios, también existen deudas con las cargas sociales y las cuotas sindicales.
La falta de pago no es un fenómeno reciente, sino que viene arrastrándose desde el año pasado. De hecho, los trabajadores tuvieron que recurrir a paros y medidas extremas para que la empresa comience a abonar los sueldos. “Ese día que hicimos paro, ese mismo día comenzó a pagar”, contó Villafañe, acusando a la empresa de actuar con total indiferencia ante las necesidades de sus empleados.
El conflicto también refleja una falta de acción por parte de los organismos de control, como la Dirección de Inspección Laboral (DIL), que hasta ahora no intervinó en la situación de la fábrica. “Todo lo hacen oídos sordos”, expresó la delegada, quien también criticó la falta de respuesta tanto de la empresa como de las autoridades.