jueves, 10 de julio de 2025 15:00
Mariana Fabbiani reapareció en la pantalla de América con una fuerte confesión que impactó a sus compañeros y al público. Al retomar la conducción de DDM, reveló que estuvo al borde del colapso por un problema de salud que la obligó a hacer una pausa urgente. Este dramático anuncio preocupó a sus seguidores.
Con la sinceridad que la caracteriza, la presentadora abrió su regreso con una frase que resonó: “Casi no la cuento”. La conductora relató que un fuerte virus la afectó de forma repentina y que el cuadro se agravó en cuestión de horas. “Sentí que me moría”, expresó con crudeza.
Lo que pensó sería una simple descompostura, terminó siendo un cuadro serio que se agravó rápidamente. La figura mediática explicó que fue “un virus tremendo”, el cual la dejó en una situación de extrema debilidad, forzándola a detener sus actividades.
Recordando los momentos más críticos, la artista compartió detalles alarmantes: “Sentí que me apagaba”. Contó que no podía moverse ni hablar, y que la fiebre alta y la falta de fuerza la dejaron al borde del colapso. Ni siquiera podía tomar agua por la debilidad.
Tuvo fiebre alta, no comía, y todo empeoró rápidamente. Necesitó atención médica urgente y un seguimiento cercano durante varios días. La situación fue tan grave que ella misma confesó haber “realmente sentido que me moría”.
“Estuve tirada, sin fuerza, sin poder hablar ni moverme”, relató la conductora, conmovida. Fue una experiencia que la hizo reflexionar profundamente sobre su bienestar. “Mi cuerpo me obligó a frenar”, confesó sobre la pausa forzada.
Después de días difíciles, y aún sin estar al cien por cien, decidió volver a la conducción. Su regreso se dio con una nueva conciencia sobre su salud, su cuerpo y sus límites reales. Esta vivencia la llevó a reevaluar su ritmo de vida.
La impactante revelación de la presentadora generó empatía y sirvió como un recordatorio de la fragilidad de la salud. Su testimonio, sobre la importancia de escuchar las señales del propio cuerpo, dejó una marca en la audiencia que siguió con atención su valiente confesión.