El reclamo de la Dirección Nacional de Planeamiento Deportivo a la Municipalidad de Fiambalá por los fondos girados para la construcción de un playón deportivo abre interrogantes sobre la calidad de los controles que realizó el Tribunal de Cuentas sobre la administración de la exintendenta Roxana Paulón. En octubre del año pasado, el organismo fiscalizador ordenó instruir un sumario de responsabilidad administrativa contra la exjefa comunal y dos de sus funcionarios por no haber rendido cuentas sobre nada menos que cuatro años y medio de gestión, entre el segundo semestre de 2018 y diciembre de 2022. Esta situación extraordinaria implicaba que más de la mitad de su mandato había transcurrido sin los controles básicos que exige la administración pública.
Aunque teóricamente Paulón y sus colaboradores habrían conseguido poner sus papeles en orden, la intimación nacional para que los fondos del playón deportivo se rindan o se devuelvan expone una falla del Tribunal de Cuentas: los recursos fueron remitidos en 2021 y la obra figura en los registros oficiales como ejecutada y finalizada ese mismo año pese a que está inconclusa.
No es un detalle menor. 2021 está dentro del período que Paulón no había rendido, que con 54 meses abarcaba el 64% de su gestión como intendenta.
Quizás la magnitud de la tarea hizo colapsar la capacidad laboral de los pesquisas del TC y por eso se les escapó nada menos que una obra completa.
La exintendenta de Fiambalá, Roxana Paulón vuelve a estar envuelta en la polémica por falta de rendición de fondos durante su gestión. La exintendenta de Fiambalá, Roxana Paulón vuelve a estar envuelta en la polémica por falta de rendición de fondos durante su gestión.
Que la situación haya sido revelada por el actual intendente Raúl Úsqueda le permitió a Paulón eludir explicaciones sobre el hecho concreto y disparar por la tangente política.
Posteó en su Facebook que Úsqueda “no movió un solo metro de la obra de la Manzana del Deporte que ya estaba iniciada, con proyecto, planos y presupuesto aprobado”. También estaba, en los papeles, terminada, cosa que es evidentemente falsa, pero evitó abordar este detalle.
Consignó además que Úsqueda “arregló con un bodeguero que le financió la campaña, entregándole la uva de todo el pueblo”, lo que habría afectado seriamente a los viñateros locales, que “este año todavía no vieron ni la primera cuota de lo que trabajaron con tanto esfuerzo”. Evitó aclarar qué tienen que ver estos supuestos enjuagues con el playón pagado e inconcluso.
“Lo que les cuesta caro a los fiambalenses no es ninguna herencia –remató- sino su falta de control, su incapacidad y la deshonestidad de un gobierno de inútiles y ladrones”. Úsqueda, a su criterio, “si le dieran un kiosco, lo fundiría”.
Paulón acusó a su sucesor, que pertenece al radicalismo, de actuar con “desinformación absoluta e incapacidad con maldad”. Esto podría ser cierto, pero en todo caso ella no proporciona los datos que su malévolo antagonista retacea.
En la carta documento, la Dirección Nacional de Planeamiento Deportivo intima a Úsqueda a efectuarse la rendición de cuentas o devolver los montos otorgados en un plazo de 10 días y advierte que de lo contrario iniciarán “acciones administrativas, civiles y penales” para recuperar las sumas transferidas.
Paulón, que cobra un punto índice del Gobierno, podría al fin justificar sus funciones de asesora e indicar la salida que parece más adecuada: presentar el resultado del sumario administrativo de responsabilidad que le hizo el Tribunal de Cuentas, donde debería figurar que está todo en orden.
Si realmente sus cuentas fueron regularizadas, como ella sostiene, debería ser sencillo demostrar que los fondos del playón deportivo fueron utilizados correctamente o explicar las razones por las cuales la obra no se completó según lo previsto.
Podría ser un buen elemento para denunciar persecuciones del Gobierno nacional en medio de la campaña electoral, si no se tratara de un playón fantasma.