sábado, 16 de agosto de 2025 17:40
Un precursor de la cocaína, conocido popularmente como “pipazo” o “droga sucia”, está bajo la mira de las autoridades y la comunidad científica, tras ser vinculado con los femicidios de Milagros Basto y Brenda Torres, en la provincia de Córdoba. La sustancia, de bajo costo y alta letalidad, se ha convertido en una preocupación por su rápida expansión y los graves daños que provoca en los consumidores.
Según un informe del portal Córdoba El Doce, la doctora Andrea Vilkelis, jefa de Toxicología del Hospital de Urgencias, explicó que el pipazo es un precursor del clorhidrato de cocaína con un alto nivel de impurezas, lo que lo hace extremadamente adictivo. Vilkelis advirtió que su consumo puede ser “letal en un plazo muy corto”, reduciendo la expectativa de vida de los adictos a entre seis meses y un año.
La especialista detalló que la droga produce una euforia intensa de 15 a 30 minutos, seguida de una profunda depresión que impulsa a buscar más consumo. Entre los efectos físicos, se incluyen infartos, accidentes cerebrovasculares, pérdida severa de peso y un debilitamiento general del organismo. La doctora Vilkelis señaló que los adictos “no comen ni duermen por consumirla”.
El bajo costo de la sustancia, que se consume en pequeñas dosis llamadas “puchitos”, facilita su rápida expansión. Para financiar su adicción, muchos consumidores recurren a delitos menores, actos violentos o a la venta de sus pertenencias, lo que agrava la problemática social asociada a su uso.