El Vaticano dio este sábado el último adiós al papa Francisco, el primer pontífice argentino de la historia, en una ceremonia que reunió a más de 500.000 personas en la Plaza de San Pedro y en las calles de Roma (según informaron desde el gobierno italiano y el Vaticano). La despedida del pontífice, quien falleció hace menos de una semana, estuvo marcada por la presencia de fieles y no creyentes, que se unieron para rendir homenaje a un líder que dedicó su vida a llevar la iglesia a las calles y a estar cerca de los más marginados de la sociedad.
A medida que avanzaba la mañana, miles de asistentes se congregaron para participar de este evento histórico. Los primeros llegados estaban en la plaza desde las 3.30 a.m., dispuestos a asegurar un lugar cercano al ritual que sigue tradiciones centenarias.
Muchos otros se unieron a la multitud a lo largo del día, en un ambiente de respeto y conmemoración mientras esperaban la misa, oficiada por el cardenal Giovanni Battista Re. Durante la ceremonia, los asistentes reflectaron un sentimiento general de tristeza y gratitud hacia un papa que siempre se preocupó por los demás.
El funeral no solo fue un evento religioso, sino también una cumbre política de alto nivel. Estuvieron presentes líderes de todo el mundo, incluidos el expresidente estadounidense Donald Trump y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
Este encuentro se dio en un contexto tenso, ya que ambos líderes habían tenido un encuentro turbulento en la Casa Blanca hace un tiempo. También participaron la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y el rey Felipe VI y la reina Letizia de España, además de Javier Milei, el presidente de Argentina. Las conversaciones informales entre Zelenski y Trump en el interior de la basílica reflejaron el interés político que rodea a este evento.
Entre los asistentes, también se encontraban representantes de diversas naciones latinoamericanas, con los presidentes de Brasil, Ecuador, República Dominicana y Honduras presentes para rendir homenaje a un líder que siempre abogó por los derechos de los más desfavorecidos. La mezcla de dignatarios globales y los ciudadanos comunes que acudieron a despedir al papa subrayó la conexión universal que logró establecer Francisco durante su vida.
Durante la misa, el cardenal Battista Re recordó la misión de Francisco, quien siempre consideró a la iglesia como un “hospital de campaña” siempre preparado para servir a los necesitados. En su homilía, Re explicó la importancia de superar la “cultura del descarte” promovida por el papa, quien impuso la “cultura de la fraternidad y la misericordia”. Su mensaje de paz, frente a un mundo en conflicto, resonó profundamente en la multitud, que escuchó en silencio bajo el cálido sol romano.
De acuerdo con el protocolo, al concluir la misa, el cuerpo de Francisco fue trasladado en un cortejo fúnebre por las calles de Roma hacia su última morada en Santa María la Mayor. En un gesto simbólico que permitió a los fieles despedirse, el féretro fue llevado en un vehículo abierto, brindando la oportunidad a los asistentes para ver al papa por última vez. La procesión se tornó en un momento conmovedor, con personas a lo largo de las calles sosteniendo banderas y retratos del pontífice, acompañando su paso hacia la basílica.
El féretro abandonó la Plaza de San Pedro poco después del mediodía. Tras un trayecto de aproximadamente 30 minutos, llegó al nicho de la basílica, donde fue inhumado en una ceremonia fuera de la vista de las cámaras.
En el interior, se procedió a un ritual que involucró cantos de salmos y oraciones, reflejando la solemnidad del momento, en línea con los deseos de Francisco de mantener un enfoque humilde.
Sobre el féretro, se colocaron los sellos del cardenal camarlengo de la Santa Iglesia Romana, Kevin Joseph Farrell, y otros dignatarios de la iglesia, asegurando que el homenaje fuera acorde a la relevancia de su figura. Posteriormente, el féretro fue rociado con agua bendita mientras se entonaba el Regina Caeli, marcando el desenlace de una jornada de llanto pero también de celebración.
Finalmente, bajo una losa de mármol de Liguria, la tierra de sus orígenes italianos, descansa el pontífice que vino del fin del mundo, el primer papa latinoamericano de la historia.
El funeral de Francisco fue un microcosmos del mundo, congregando a dignatarios de más de 160 naciones, quienes se acercaron para rendir su homenaje al pontífice que dedicó su vida a abogar por ellos.n
Zelenski y Trump, en privado
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, expresó su esperanza en alcanzar un alto el fuego tras su reunión con el mandatario estadounidense Donald Trump en el Vaticano, poco antes de participar en el funeral del papa Francisco. “Esperamos resultados en todo lo tratado: proteger la vida de nuestra gente, lograr un alto el fuego total e incondicional y alcanzar una paz segura y duradera que evite otra guerra”, escribió en redes.
El presidente ucraniano calificó el encuentro como “muy simbólico” y subrayó que tiene el potencial de “convertirse en histórico” si se logran “resultados conjuntos”. También agradeció especialmente a Trump por la conversación.