sábado, 12 de abril de 2025 10:30
Este domingo, los ecuatorianos acudirán a las urnas para elegir a su nuevo presidente en una segunda vuelta electoral marcada por la polarización política y una profunda incertidumbre sobre el futuro del país. En esta contienda se enfrentarán el presidente saliente Daniel Noboa y la candidata de izquierda Luisa González, quien representa al progresismo ecuatoriano.
Analistas como el sociólogo Agustín Burbano de Lara han destacado la complejidad del escenario actual, que se caracteriza por una polarización acentuada. “Ambas candidaturas optaron por maximizar su rendimiento en la primera vuelta, concentrando casi el 90 por ciento de la votación en su competencia, lo que ha condicionado a los votantes”, explicó Burbano en una entrevista con Xinhua.
El balotaje presenta un claro eje electoral entre el “correísmo”, representado por González, heredera política del expresidente Rafael Correa, y el “anticorreísmo”, liderado por Noboa. Esta división ha generado un clima de tensión en el electorado ecuatoriano.
La polarización ha dado lugar a la aparición de dos corrientes que representan visiones opuestas sobre el futuro de Ecuador. Esta fractura ha generado un sector de la población descontento y desesperanzado, que enfrenta múltiples crisis, incluyendo la económica y la de seguridad, esta última uno de los problemas más urgentes que el país debe abordar.
El analista Nicolás Oliva del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) resaltó que la situación está dividida en tres clivajes: correísmo, anticorreísmo y los desesperanzados. “En un clima de desesperanza, la percepción del electorado es que no ganará el mejor candidato, sino el que parece el menos malo”, afirmó.
Independientemente del resultado electoral, se espera que el próximo presidente enfrente significativos desafíos en su periodo de cuatro años, que incluyen la crisis económica, el desempleo y la creciente inseguridad. Este año ha sido particularmente violento; en enero y febrero se registraron 1.529 homicidios intencionales, el inicio de año más violento en la historia del país. Además, la economía ecuatoriana enfrenta dificultades, con un desempleo de 3.5 por ciento y la esperanza de una recuperación moderada del 2.5 por ciento en 2025, según estimaciones del Banco Central.
Noboa, quien busca la reelección, representando al Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), intenta extender su mandato por un periodo completo (2025-2029). Por otro lado, González, abogada de 47 años, aspira a convertirse en la primera mujer presidenta del país, representando fuerzas progresistas y sociales.
Con una diferencia de apenas 16,746 votos a favor de Noboa en la primera vuelta, las encuestas indican que la segunda vuelta será muy reñida, con un pequeño margen de apoyo y el reto de captar a los indecisos y a aquellos que optaron por no votar o anular su sufragio.
La elección del próximo presidente de Ecuador no solo definirá el rumbo inmediato del país, sino que también abordará el creciente descontento y la falta de confianza hacia el liderazgo político actual.