viernes, 13 de junio de 2025 01:27
La vida institucional de Valle Viejo parece haber quedado pausada hace varias semanas para dar lugar a una serie de disputas que interesan más a dos o tres actores de la clase dirigente que a los vecinos y que, conforme transcurren los días, ya se va tornando demasiado extensa. Inconducente por donde se la mire, esta discusión vestida de supuestas defensas y ataques a la institucionalidad, es a todas luces una pulseada partidaria totalmente improductiva, a la cual por el bien de la comunidad chacarera podrían comenzar a darle un cierre para retornar cada uno a sus tareas.
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Todo comenzó con el promocionado y magnificado episodio de las vacaciones de la intendenta Susana Zenteno y la supuesta interrupción de la cadena de mando, que para algunos es automática como refiere la Carta Orgánica de 1995, y para otros demandaba una notificación formal de delegación de la jefatura comunal. Entre dimes y diretes, cual intrigas del Pentágono, se discutió si la intendenta estaba enferma o no, si dio parte de enferma o no, si usa bikini o no, si la mujer filmada en una playa era ella o no y un conjunto de debates de igual banalidad, decorados luego por declaraciones de la propia Zenteno, quien a su regreso -por alguna razón- imaginó que hacer declaraciones a la prensa nacional, echando más nafta al fuego, era una genial idea para ponerle coto al asunto.
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A esa altura ya se había motorizado una campaña de destitución, la promoción de un juicio político, el desembarco de la Inquisición y el arribo de los cuatro jinetes del Apocalipsis, proceso que entusiasmó tanto a algunos interesados que -según las denuncias- hasta salieron a ofrecer bolsones a cambio de firmas, para avanzar con la movida. Cumplieron finalmente el trámite, pero lo hicieron mal, con una presentación que resultó improcedente por no cumplir con los requisitos mínimos. Toda una ironía, ya que un reclamo basado en la observación de informalidades vino a sucumbir por sus propias informalidades. De yapa, se contraatacó con un pedido de sanción a un concejal opositor que pedía sanción para la intendenta, y así se avanza en una espiral interminable sazonada con declaraciones, acusaciones, indignaciones, etc. Toda esta historieta ya lleva más de un mes, tiempo durante el cual bien podrían haber dedicado mejores esfuerzos, unos y otros, a buscar soluciones para los vecinos de Valle Viejo, ya que en definitiva para eso los eligieron. Será bueno que lo hagan y dejen la competencia partidaria para las urnas, que es donde deben dirimirse las demás diferencias.
El Esquiú.com