La crisis habitacional en Catamarca se profundiza con la llegada del invierno. En el asentamiento Tabacaleros, ubicado en Santa Rosa, departamento Valle Viejo, más de un centenar de familias enfrentan noches bajo cero en ranchos improvisados, sin agua potable, sin abrigo suficiente y con apenas algunas conexiones eléctricas clandestinas que exponen a riesgos de incendio. El frío extremo afecta especialmente a niños y adultos mayores, que sobreviven en condiciones de extrema precariedad.
Durante un reciente recorrido por la zona, se constató que el número de ranchos se duplicó en los últimos meses. Las viviendas están hechas de nylon roto, madera y chapas sin aislación, agravando la exposición a las bajas temperaturas. Madres del lugar relataron que deben enviar a sus hijos a dormir a casas de familiares para protegerlos del frío, mientras que la ayuda prometida, en forma de frazadas o ropa de abrigo, aún no llega.
Vecinos informaron que se realizaron relevamientos por parte de asistentes sociales y que hubo presentaciones judiciales, pero hasta ahora no hubo intervención concreta de los organismos oficiales. La falta de agua potable y la proliferación de conexiones eléctricas clandestinas aumentan el riesgo sanitario y de seguridad. Además, en los últimos días, crecieron las consultas por enfermedades respiratorias en menores de edad.
La situación en el barrio Tabacaleros deja en evidencia una doble problemática: la ocupación ilegal de tierras por familias sin alternativas y la ausencia de una respuesta estatal frente a la emergencia humanitaria. La urgencia por proteger a niños y personas vulnerables ante las temperaturas extremas exige una acción inmediata.