Entre septiembre a diciembre están en su mejor momento. Versátiles, ricas en vitaminas y con bajo aporte energético, se pueden sumar a todo tipo de preparaciones: en licuados, smoothies, ensaladas, postres, bizcochuelos, mousses y más. Pero, ¿cómo saber si tienen buen sabor, cómo conviene elegirlas y conservarlas para que no se echen a perder? compartimos una guía para aprovecharlas al máximo en su temporada.
Para empezar, a la hora de elegir qué frutillas comprar, es importante tener en cuenta algunos aspectos:
– La frutilla debe estar firme, pero no dura, y no debe presentar golpes ni zonas blandas.
– El color debe ser un rojo intenso y uniforme, sin áreas verdes ni blancas. Además, debe tener un aroma dulce y agradable.
– Las hojas de la frutilla también deben estar frescas y con un color verde intenso.
– Es recomendable comprar frutillas en temporada, en Argentina va desde fines de agosto hasta fines de diciembre.
Lavarlas
– El primer paso para lavar las frutillas es enjuagarlas con agua de la canilla, frotándolas suavemente para retirar la posible tierra, pero con cuidado de no aplastar la fruta. Reservar.
– Llenar la bacha de la cocina con agua potable a temperatura ambiente y tapar con un tapón. – Por cada litro de agua, añadir 2 gotas de lavandina apta para alimentos (esto puede variar según la lavandina; chequear las indicaciones en la etiqueta). Es recomendable utilizar un gotero para medir bien la cantidad.
– Sumergir las frutillas en el agua y dejar reposar 10 minutos. Pasado este tiempo y con las manos bien limpias, retirarlas y colocarlas sobre papel absorbente o sobre un repasador limpio. Dejar que se sequen.
Cómo conservarlas
Conservar las frutillas en la heladera puede ser un desafío. Sin embargo, existe un truco sencillo y eficaz para conservarlas en la heladera sin que se echen a perder. Este método ayuda a eliminar bacterias y moho y permite prolongar su vida útil.
– Una vez limpias y secas, colocar las frutillas en un recipiente con papel absorbente en el fondo. Esto permite regular la humedad, que puede deteriorar la fruta más rápidamente. Luego, cerrar la parte superior del recipiente con papel film y hacer algunos agujeros para permitir la circulación del aire.
– Otro truco importante es no amontonarlas, guardarlas ligeramente separadas entre sí.
– Además, para evitar que se estropeen, no se les debe quitar el pedúnculo ni las hojas verdes hasta justo antes de comerlas.
– Para congelar la pulpa: en este caso hay que retirar los cabitos y procesar hasta que se forme un líquido espeso. Colocar en bolsas herméticas, con cuidado de retirar todo el aire posible. Rotular la bolsita con fecha y llevar al freezer. Para una versión más dulce: agregar 1 cda. de azúcar o unas gotitas de edulcorante a la mezcla.
– Congelar frutillas enteras: también conviene retirar los cabitos y secar bien para que no quede agua entre ellas. Se puede colocar en un recipiente donde no se toquen o, si se prefiere guardarlas juntas, quedarán como un bloque compacto y serán perfectas para usar en licuados. ¿Un truco extra? Guardar en una cubetera (una frutilla por cubito con agua alrededor). Luego se pueden usar como hielo y darle un toque dulce al agua que se consume a diario, especialmente ahora que las temperaturas aumentan y las bebidas frías ganan terreno.
Beneficios
La frutilla posee una gran cantidad de vitaminas:
– Vitamina A: ayuda a la formación y al mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos. También favorece a la buena visión.
– Vitamina C: es necesaria para el crecimiento y la reparación de tejidos en todo el cuerpo. Además, mejora el funcionamiento de los glóbulos blancos.
– Vitamina E: refuerza el sistema inmunitario frente a virus y bacterias y también contribuye a la formación de glóbulos rojos. Además, ensancha los vasos sanguíneos, lo que ayuda a evitar la coagulación de la sangre en ellos.
– Vitaminas B1, B2, B3 y B6: ayudan en el proceso natural del cuerpo para obtener energía de los alimentos consumidos. También participan en la formación de glóbulos rojos.
Por otro lado, es una de las frutas con menor valor energético: aporta 32 kcal por cada 100 g. A continuación, recetas para preparar con frutillas. Haciendo clic en cada una de ellas, se puede acceder al detalle de los ingredientes (y generar una lista de compras) y el paso a paso de la receta.