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viernes, 20 septiembre, 2024

Calamaro pilota su Delorean en La Axerquía para viajar hasta 1999

Lo de esta noche ha sido como viajar en el tiempo de la mano de Calamaro, ese músico que dice que la nostalgia no le va, pero se monta una gira titulada Agenda 1999 en la que rememora los mayores himnos musicales de su repertorio para deleite de sus seguidores. Hace 25 años que el argentino parió Honestidad Brutal, un parto en el que dio a luz un álbum de mellizos que se ha convertido en una obra maestra de dos caras que ya nunca más podría superar, con esa redondez que solo las obras maestras tienen. Si el cantante hubiera sido torero, le habrían indultado el toro por un disco cuya música y letras le han valido el título de poeta. Desde que empezó la gira a finales de mayo, don Andrés, que tiene repertorio para elegir, no deja de cambiar la playlist e introducir cositas diferentes en cada uno, por aquello de no aburrirse y no ser nunca previsible. Esta vez se subió al escenario a las 22.15 horas y tras el saludo torero, arrancó el trayecto con ‘No va más’, ‘Para qué’ y ‘Eclipsado’.   

Al sonar ‘Cuando te conocí’, el público desenfundó el móvil, se puso en pie y se entregó a corear las letras de toda una vida. Ahí empezó la magia, previa dedicatoria «a Vicente Amigo que nos honra con su presencia y a Manolete, leyenda cultural de Córdoba». Justo entonces, Calamaro subió al respetable (bastante menos numeroso de lo que hubiera sido en cualquier otro fin de semana en el que su Agenda 1999 no hubiera tenido que competir con un partido decisivo del Córdoba y la agenda musical de este junio apoteósico cordobés) en su propio Delorean, ¿se acuerdan? la máquina del tiempo de Regreso al Futuro, que hizo que todos los presentes, entre los que había mayoría de baby bumers y Generación X, se vieran de nuevo al final del siglo pasado para reencontrarse con su música, con la que cuesta quedarse quieto. Y si no, que le pregunten a una fan entregadísima que, camiseta del Córdoba CF en mano, se pasó el concierto en primera fila bailando a tope cada tema. Entre canción y canción, Calamaro explicó el sentido de esta gira, en la que rememora un disco, «con el que empezó el duelo entre el prestigio y el éxito«, comentó.

Acompañado por una banda de músicos perfectamente engrasada: Julián Kanevsky, German Wiedemer, Brian Figueroa, Mariano Domínguez y Andrés Litwin, Andrés Calamaro, que sigue manteniendo intacto su pose y la voz en forma, se deshizo en piropos a Córdoba mientras recuperaba grandes joyas como ‘El día de la mujer mundial’, ‘Son las nueve’, ‘Victoria y Soledad’, ‘Flaca’, ‘Paloma’ o ‘Te quiero igual’.

A las 23.45 horas, Calamaro se despidió por primera vez, pero salió a los pocos minutos para los bises y algo más. Después de un concierto de lo más amable, en el que incluso contó un chiste sobre el calor y el aire acondicionado que tuvo que explicar porque no se pilló a la primera, acabó lanzando una puya. «Cada vez viene menos gente a vernos a Córdoba, espero que sea por mis opiniones políticas radicales y no por otros motivos, lo que sería más preocupante», dijo antes de lanzarse a cantar los dos últimos temas ‘Crímenes perfectos’ y ‘Alta suciedad’. Para rematar, se puso a torear con la chaqueta al ritmo de un pasodoble. Se ve que el argentino es cada día más español.

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