Boca necesitaba un desahogo y lo consiguió en Mendoza. Después de 120 días y 12 partidos sin ganar, el equipo de Miguel Russo volvió a imponerse con un primer tiempo convincente frente a Independiente Rivadavia y una segunda etapa donde aparecieron dudas: se aferró al resultado, cedió protagonismo y sufrió algunos sofocones, aunque finalmente lo liquidó de contra.
La diferencia estuvo en el mediocampo, que por primera vez encontró equilibrio y fluidez: Leandro Paredes jugó más suelto, bien respaldado por Rodrigo Battaglia, y desde sus pies Boca construyó juego, juntó pases y forzó el gol en contra del arquero Centurión. La victoria también rompió varias rachas: Exequiel Zeballos volvió a marcar y Alan Velasco convirtió su primer tanto en el club. Así, el Xeneize puso fin a su serie más negativa y se metió otra vez en zona de clasificación a la Libertadores.
Tras una buena jugada colectiva, la pelota quedó para Leandro Paredes que, al intentar un buscapié, su centro se desvió y terminó en gol tras la floja intervención de Ezequiel Centurión, arquero de Independiente Rivadavia. Después del tanto del Xeneize, el juego tuvo pocas chances claras, más allá del error de Edinson Cavani. Cuando parecía que el local se acercaba al empate, el chileno Williams Alarcón puso un pase en profundidad para Exequiel Zeballos, quien definió ante la floja reacción del portero y amplió la ventaja para los dirigidos por Russo.
Tras la conversión de Zeballos, la Lepra mendocina dejó espacios en defensa. Esto lo aprovechó Boca, que con un contraataque bien manejado, permitió a Alan Velasco liquidar el partido con un remate al primer palo. De esta forma, el equipo de Russo volvió al triunfo cerrando la peor racha de su historia.