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sábado, 27 julio, 2024

Apuntes del Secretario

domingo, 12 de mayo de 2024 00:42

Máxima presión

La catamarqueña Lucía Corpacci y el tucumano Juan Manzur, figuras de renombre en la política nacional, han mantenido por casualidad del destino vidas paralelas en gran parte de sus notables trayectorias políticas. Ambos médicos, ambos militantes y dirigentes del Partido Justicialista, fueron vicegobernadores y gobernadores de sus respectivas provincias casi en simultáneo. Alguna vez compartieron Parlamentos del NOA, avanzaron juntos para cristalizar el eterno megaproyecto hidroeléctrico de Potrero del Clavillo, e incluso cuando Manzur anduvo por el gabinete nacional, como ministro de Salud, tuvo estrechos vínculos con Catamarca. Ahora ambos son senadores nacionales, y debe decirse que comparten una posición incómoda, ya que todas las miradas se posan sobre la forma en que podrían votar cuando la Ley de Bases sea tratada en el recinto de la Cámara Alta del Congreso de la Nación. En principio, ambos se expresaron en contra de la normativa impulsada por Javier MIlei, pero hay una coincidencia más: tanto el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo como el gobernador catamarqueño Raúl Jalil, dejaron en claro su intención de profundizar el diálogo con Casa Rosada y destacaron puntos que interpretan como favorables en la nueva versión de la “Ley Ómnibus” que naufragó en febrero último. La diferencia esencial entre tantos parecidos, es que Jaldo y Manzur tienen un largo historial de enfrentamientos y diferencias, mientras que Raúl y Lucía se han manejado armoniosamente en la última década, y aquí aparecería quizás la primera controversia seria, aunque ninguno de los dos lo planteó en términos personales. Sin ir más lejos, Lucía avaló la postura del mandatario local, entendiendo que sus decisiones responden al rol que ocupa, pero subrayando que por su parte encuentra el proyecto oficialista como perjudicial para las provincias.

Cuestión de números

Los votos de ambos son relevantes porque el Senado representa quizás la última gran oportunidad de voltear la Ley Bases, esperanza de la oposición para poner un freno al plan de Milei. El momento es de máxima tensión, porque el Gobierno libertario pone la aprobación de la norma como moneda de cambio para rehabilitar recursos hacia el interior, y lo concreto es que el resultado de la votación es hoy por hoy incierto. Ni siquiera se descarta que pueda presentarse un empate que obligue a la vicepresidenta Victoria Villarruel a desempatar (el empate es el único resultado que le permite votar en su condición de presidenta del cuerpo). De todos modos, llegada esa hipotética instancia, nadie cree que exista la posibilidad de que Villarruel se despache con un voto “no positivo” como el de Julio Cobos en la madrugada en que se trató la Resolución 125. Aquella votación dejó patas para arriba al kirchnerismo y Cristina nunca perdonó a su antiguo compañero de fórmula. Como fuere, aquí nadie quiere sorpresas de última hora. Por eso Milei mete presión con todo su aparato estatal sobre los senadores para ratificar el triunfo que obtuvo en Diputados, y la oposición mete presión para torcerle el brazo al libertario. La empresa no es fácil porque debe alinear la mayor cantidad de soldados de su propia tropa, y además seducir a algunos legisladores de otros bloques. En Diputados, por caso, se vivió una fantochada con muchos integrantes de la oposición “dialoguista”, que criticaron y cuestionaron histriónicamente al Gobierno, peor luego votaron mansamente a favor. En el Senado no hay lugar para estas piruetas: un voto rebelde puede malograr la votación, sea cual fuere el significado que cada bando quiera darle al término “malograr”. A todo esto, ¿cuándo se votará? Todavía no hay fecha precisa ni mucho menos. El proyecto ni siquiera tiene dictamen y se habilitó la asistencia al Congreso de varias personas que harían sus aportes en el debate de las comisiones, trámite que si se cumple con la lista de nombres propuestos, podría devorarse otra semana más. Más tiempo para negociar, más tiempo para presionar… ¿favorece al Gobierno o a la oposición? Posteriormente se sabrá. En principio el mayor apuro es de Milei, que quería todo el paquete aprobado para su Pacto de Mayo y le quedan apenas tres semanas para toda la diligencia. A propósito del Pacto de Mayo, varios gobernadores excluidos o autoexcluidos del acuerdo anunciado el pasado 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa, estarían elucubrando un encuentro paralelo, llamado Pacto Federal, en respuesta a la iniciativa de Milei. Pero hasta aquí son todas especulaciones.

Libro retirado

 La incursión de Javier Milei por el mundo literario parece condenada al conflicto. En publicaciones anteriores se lo acusó de plagiar a otros autores, y ahora se desató un auténtico papelón porque su propia editorial retiró el libro “El camino del libertario”. El motivo de esta inusual decisión fue que el presidente se habría “engordado” el currículum con datos falsos. “La biografía del presidente Javier Milei que figura en la edición española de su libro El camino del libertario, publicado a través del sello editorial Ediciones Deusto, contiene datos erróneos. Pedimos sinceras disculpas por el fallo. Y procederemos al retiro de las librerías españolas de dicha edición para reemplazarla por una nueva, con los datos correctos”, se excusó la editorial. Los datos en cuestión son que se presentaba como graduado en la UBA y con un doctorado en la Universidad de California, ambos detalles falsos. Que haya sido su culpa o la de algún colaborador es algo que no puede precisarse, pero el escándalo no es menor, sobre todo para la editorial, que pierde dinero al retirar ejemplares de las librerías. Alberto Benegas Lynch (h), incondicional de Milei, reconoció que es “controversial” que el presidente se haga llamar “doctor” cuando no hizo un doctorado y apenas tiene un honoris causa, que además no fue otorgado por una institución con carreras de grado (cinco años de cursada).

Recuerdos

El 13 de mayo de 1981 el turco Mehmet Alí Agca le disparó al Papa Juan Pablo II, y nunca se revelaron los motivos del atentado. Juan Pablo II salió a la plaza de San Pedro en el papamóvil, pero una mano lo apuntó con una Browning calibre 9 y disparó tres veces. Una de las balas lo hirió de gravedad. El Papa cayó ensangrentado y la conmoción fue mundial. Su seguridad lo trasladó al hospital Gemelli. Tras cinco largas horas de operación, pero el papa sobrevivió. Al quinto día recién pudo hablar y dijo que perdonaba a quien le había disparado. Juan Pablo dijo que Ali Agca no falló el tiro, sino que se equivocó de día, porque el 13 de mayo es la fiesta de la Virgen de Fátima, que lo protegió. Ya recuperado, visitó a su agresor en la cárcel. Ali Agca tiene 66 años, pasó 29 años preso y está libre desde 2010. El Papa murió el 2 de abril de 2005, a días de cumplir 85 años.

El Esquiú.com

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