El procesamiento de Alberto Fernández en la causa por violencia de género contra Fabiola Yañez ha generado un fuerte impacto político y mediático en Argentina. La Cámara Federal porteña confirmó recientemente el procesamiento del expresidente, acusándolo de lesiones leves y graves agravadas por haberse cometido en un contexto de violencia de género, así como de amenazas coactivas.
Este fallo lo deja en condiciones de enfrentar un juicio oral, mientras él continúa defendiendo su postura y cuestionando el proceso judicial. La causa se originó a partir de denuncias realizadas por Fabiola Yañez, quien alegó haber sufrido agresiones físicas y psicológicas durante su relación con Alberto Fernández.
Según el fallo de la Cámara Federal, los hechos ocurrieron entre 2016 y 2024, en un contexto marcado por una relación asimétrica de poder y una situación de vulnerabilidad de la víctima. Las pruebas aportadas incluyen testimonios, registros médicos y fotografías que documentan las lesiones.
Fernández ha negado categóricamente las acusaciones, calificándolas de “falsas” y argumentando que forman parte de una estrategia política para desacreditarlo. En entrevistas radiales, el expresidente ha señalado que la denuncia de Yañez fue utilizada para cuestionar su compromiso con las políticas de género que impulsó durante su mandato.
Además, ha presentado denuncias contra Yañez por falso testimonio y amenazas coactivas. El expresidente también ha criticado al juez federal Julián Ercolini, quien instruyó la causa, y ha solicitado su recusación, alegando falta de imparcialidad.
Fernández ha destacado que uno de los jueces de la Cámara, Roberto Boico, votó en contra de la confirmación del procesamiento, lo que considera un indicio de que el caso aún tiene aspectos que deben ser investigados. El caso ha generado un intenso debate en la opinión pública y ha puesto en el centro de la discusión temas como la violencia de género y la responsabilidad de los líderes políticos.
Acciones legales
Mientras algunos sectores critican a Fernández y exigen que enfrente las consecuencias legales de sus acciones, otros cuestionan la veracidad de las acusaciones y señalan posibles motivaciones políticas detrás del caso. Además, el procesamiento de Fernández ha tenido implicaciones en su imagen pública y en su legado político.
Las acusaciones han afectado su credibilidad y han generado dudas sobre su compromiso con las políticas de género que promovió durante su mandato. El caso de Alberto Fernández y Fabiola Yañez es un ejemplo de cómo las acusaciones de violencia de género pueden tener profundas repercusiones legales, políticas y sociales.
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