Bahía Blanca: marchamos por memoria, verdad, justicia y por reparación a las víctimas de la inundación

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Organizaciones sindicales, estudiantiles, políticas, de Derechos Humanos, de pueblos originarios, de mujeres y diversidades sexuales se dieron cita el pasado lunes 24 de marzo en la Plaza de la Memoria y la Resistencia (Plaza Lavalle) para realizar un acto y movilizar a 49 años del golpe cívico, militar, eclesiástico y empresarial de 1976.

En el acto y la movilización independiente estuvo presente, además del repudio al burdo negacionismo oficial del gobierno del ultraderechista Javier Milei, la exigencia de justicia por Facundo Castro, el joven desaparecido y asesinado en 2020, en cuyo caso, que implica a la Policía Bonaerense, sigue primando la impunidad gracias al poder judicial y al gobierno provincial y su ministro de seguridad en ese momento, Sergio Berni (y sus voceros mediáticos como La Brújula).

También fue parte de las consignas convocantes la exigencia de reparación para las víctimas de la reciente inundación que vivió la ciudad. Se trató de un dramático crimen social con un saldo de al menos 16 fallecidos, dos niñas desaparecidas y alrededor de 1500 evacuados, que no fue algo meramente “natural”, desvinculado de la historia y los intereses económicos y políticos en la zona.

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Como plantearon desde el movimiento ambiental durante el acto, este es un punto de llegada de un modelo de saqueo impulsado por la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, a medida de las más grandes empresas que desembarcaron en la región y la moldearon a su modo, con las consecuencias ambientales y sociales que hoy se ven dolorosamente claras. Ademas, el actual gobierno nacional paralizó totalmente la obra pública a su cargo.

Así, vimos cómo barrios enteros sin cloacas ni asfalto, situación de prácticamente la mitad de la ciudad que cuenta con uno de los puertos más importantes del país, fueron arrasados por la corriente de agua, y miles de familias perdieron lo poco que tenían. La desigualdad hace muchos años que tiene a Bahía con grandes números de indigencia y una profunda crisis habitacional que el agua vino a exponer con crudeza.

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El gobierno municipal peronista de Federico Susbielles, cuyos concejales vienen de aportarle unanimidad al entreguista RIGI de Milei, está alineado incondicionalmente con las grandes empresas del puerto y el polo. Por eso no da señales de exigirle a las principales firmas -que ganan millones y millones de dólares en el complejo industrial y agroexportador- que pongan algo de sus ganancias para devolverle lo perdido a las familias e instituciones de salud y educativas, y encarar las obras públicas necesarias para que esto no se vuelva a repetir.

Así lo denunció en su intervención Daniela Rodríguez, dirigente de Pan y Rosas y el PTS en el FIT y Secretaria de DDHH de Suteba-Bahía Blanca:

“Este crimen social es la consecuencia de una Bahía Blanca vendida a las empresas contaminantes del Polo y el Puerto, sin planes de vivienda ni obras públicas que acompañen el crecimiento de la ciudad y los efectos del cambio climático. Susbielles desmintió públicamente a un bombero que denunció que las compuertas de desagüe estaban cerradas, dejando a cientos de familias de White bajo el agua durante días.

Entre las familias y las empresas, el gobierno municipal se puso una vez más del lado de Profertil, Cargill y Dow. Reclamamos juicio y castigo a los responsables políticos, la conformación de una comisión independiente de familiares, afectados y trabajadores para esclarecer las responsabilidades y reparaciòn econòmica a todas las víctimas de la inundación”.

Pero ante la responsabilidad de los de arriba, funcionarios y empresas, brotó una red inmensa de solidaridad entre las y los de abajo. En cada barrio, en cada escuela, se vio el acompañamiento mutuo de miles y miles que no esperaron ni un día para salir a ayudar a sus vecinas y vecinos ante la emergencia.

Como parte de esa red de solidaridad que recorrió al pueblo trabajador bahiense, surgió la experiencia de la Posta de Salud y Cuidado, que también se hizo presente en la marcha con sus chalecos verdes. Fue una iniciativa propuesta por compañeras y compañeros del PTS. Trabajadores y estudiantes viajaron desde La Plata y Buenos Aires donde ya habían impulsado la Posta como herramienta para atender a quienes son reprimidos en las movilizaciones contra el plan motosierra del Gobierno, sus aliados y el FMI, y colaboraron en darle impulso a esta iniciativa ante la catástrofe.

Rápidamente, más de medio centenar de profesionales de la salud, docentes y estudiantes se sumaron a esta propuesta: “ayudaron en escuelas y barrios de la ciudad, llegando a los lugares más afectados como White y Cerri totalmente abandonados por los gobiernos. Las mujeres fuimos las protagonistas de ese entramado social que se construyó por abajo” expresaba Daniela Rodríguez en su intervención.

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Los derechos humanos de ayer y de hoy

Este año, una vez más, se realizaron dos movilizaciones diferentes en la ciudad, algo que ocurre desde que los organismos ligados al peronismo rompieran con la Comisión de Apoyo a los Juicios de Lesa Humanidad en el año 2011. Motivó aquella ruptura la discusión de los derechos humanos no solo en el pasado reciente sino también en el presente. No querían que se discutieran distintas represiones, crímenes del gatillo fácil policial o hechos brutales llevados adelante con la impunidad concedida por el Estado (como la segunda desaparición de Jorge Julio López en 2006 o el asesinato de Mariano Ferreyra en 2010 a manos de una patota sindical comandada por José Pedraza con zona liberada policial).

Los últimos dos años, con la asunción del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel y la consiguiente vociferación estatal de un discurso que aboga por los genocidas y reivindica el terror de Estado, desde la Multisectorial por los Derechos Humanos que convoca al acto independiente en la plaza donde hacían ronda las Madres de Bahía Blanca, se insistió en confluir en una movilización común, sin que eso implique silenciar las diferencias políticas y permitiendo que cada bloque hiciera su propio acto, pero esto no hizo más que chocar con una rotunda negativa.

Muchos oradores insistieron en el acto independiente al respecto de la necesaria unidad. Desde este medio remarcamos la importancia de la unidad de las y los de abajo, del pueblo trabajador dispuesto a enfrentar las condiciones cada vez más inhumanas que este sistema y sus gobiernos buscan imponernos. Del pueblo laburante que desde abajo tejió la solidaridad ante la catástrofe e hizo ver chiquito al estado que no toca las enormes ganancias empresarias. De esa levadura se puede empezar a levantar otro tipo de sociedad, una que priorice las necesidades sociales frente al lucro de un puñado, justamente el proyecto por el que dieron la vida las y los 30 mil detenidos desaparecidos.

Cerramos estas palabras con el cierre de Daniela Rodríguez durante el acto: “Como nos enseñaron las Madres, luchamos por la Memoria, Verdad y Justicia, vamos a seguir luchando hasta derrotar el plan de Milei, Villarruel, Bullrich, los gobernadores y el FMI. Y en el camino de las y los 30.000, seguimos levantando las banderas contra este sistema capitalista explotador y patriarcal. Por un gobierno de las y los trabajadores, por la revolución y el socialismo.”

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