La reciente implementación de un nuevo régimen cambiario, con una banda de flotación entre los $1.000 y $1.400, reavivó el interés por el carry trade, una estrategia que busca capitalizar la diferencia entre la tasa de interés y la evolución del dólar.
Este esquema generó una ola de recomendaciones tanto de analistas locales como del exterior, que apuntan a instrumentos financieros que permiten ejecutar esta táctica. No obstante, en un entorno caracterizado por alta volatilidad y con una política oficial que interviene solo dentro de ciertos márgenes, los riesgos no deben subestimarse.
Cómo funciona el carry trade
En su esencia más pura, el carry trade consiste en vender dólares e invertir los pesos de esa venta en instrumentos que paguen una tasa de interés local. En el caso argentino, el juego se da en pesos: se invierte en instrumentos como Lecap, Boncap, Plazos Fijos, Cuenta Remuneradas o FCI Money Market que pagan intereses significativamente más altos a la tasa de interés en dólares.
En la práctica, el carry trade implica postergar la compra de dólares para invertir en pesos, aprovechando tasas más altas, con la expectativa de que el tipo de cambio se mantenga estable.
Y es que cuando el dólar se mantiene dentro de los márgenes establecidos por el BCRA, la estrategia permite rentas extraordinarias en moneda dura, gracias al diferencial de tasas.
Sin embargo, si la cotización del dólar se acerca al techo de la banda, la posible devaluación del peso puede licuar la ganancia o incluso provocar pérdidas en dólares.
En qué invierte el mercado para hacer carry trade
Los títulos más utilizados para aplicar esta estrategia son las Lecap y los Boncap, bonos de corto y mediano plazo que pagan intereses fijos.
Pero, para los inversores no tan especializados, la práctica puede ser llevada a cabo con billeteras virtuales, Fondos Comunes de Inversión o incluso los ya conocidos “frascos” que ofrece Naranja X.
Por el lado del plazo fijo, por ejemplo, en Ualá, que tiene una TNA del 37% si se hace a 30 o 90 días, aquel que invierta $1 millón recibirá $30.410,96 si hace el plazo más corto y $92.246,58 si va por 90 días. Más allá de este plazo, la fintech ofrece una TNA del 38% cuando se trata de 180 días, dejando una renta de $189.479,45 para quien invierta un millón. Por último, existe el plazo fijo por 365 días, que otorga una TNA del 40% y promete pagar $400.000 para quienes inviertan la cifra mencionada anteriormente.
Si al cabo de 1 año, el dólar se consigue a $1.000, quien haya invertido en un plazo fijo a 365 días habrá obtenido una rentabilidad nominal del 40% en dólares.
Mientras tanto, al invertir $1.000.000 en los frascos de Naranja X, los rendimientos que se obtienen son los siguientes:
- 7 días, TNA del 29%, $5.562
- 14 días, TNA del 32%, $12.274
- 28 días, TNA del 37%, $28.383
Por otro lado, dentro del mundo renta fija, según Quantum Finanzas, el Boncap T15D5 podría dejar una ganancia del 12% en dólares si al vencimiento el tipo de cambio se ubica cerca de los $1.400.
En el mejor de los escenarios, para Allaria, si al vencimiento (cobro) de este instrumento, el 15 de diciembre del 2025, el tipo de cambio se ubica en $1.000, la rentabilidad en dólares pasaría a ser del 44%.
Otro caso es el S30J5, con vencimiento en junio de 2025, que proyecta un rendimiento estimado del 25% en moneda dura si el dólar permanece cerca del piso de la banda.
Asimismo, los Boncap con vencimientos posteriores a las legislativas de 2025 también lucen atractivos si las expectativas de estabilidad cambiaria se mantienen.
El mayor rendimiento, de acuerdo con Allaria, descansa en el TTD26 (con vencimiento el 15 de diciembre del 2026), que, en el caso de que el dólar se mantenga en $1.000, podría llegar a generar un retorno en dólares de, prácticamente, el 91%. Por otro lado, si el tipo de cambio se encuentra en $1.400, la rentabilidad del instrumento sería del 36%.
Los riesgos al hacer carry trade
Si bien desde PPI aseguran que “la perspectiva de corto plazo es que los dólares tanto el oficial como los financieros sigan profundizando su baja, acercándose al piso de la banda de $1.000″.
“La razón detrás de esto es que se impulsaron las estrategias de carry trade a través de la medida del BCRA que da acceso al MULC a la inversión de portafolio de inversores no residentes luego de un plazo de estadía mínimo de seis meses (vigente a partir de hoy)”, señalan.
“A esto se suma que entramos en el período de alta estacionalidad de liquidación de la cosecha gruesa. Al respecto, la ratificación de la reimposición de retenciones a partir del 1º de julio alienta la venta de los productores (para capturar un tipo de cambio efectivo más alto), lo que redundaría en fluida liquidación de los exportadores“, agregan.
La realidad es que, el carry trade puede borrar de un día para el otro todo tipo de ganancia que se haya podido generar.
Según Quantum, si el billete verde toca el techo de $1.400, se corre el riesgo de perder en dólares todo lo acumulado en rendimientos en pesos. La advertencia es clara: una corrección brusca en el tipo de cambio puede borrar meses de ganancias e incluso dejar saldo negativo.
Desde JPMorgan coinciden: si bien los retornos pueden alcanzar hasta 19% en moneda extranjera, los bonos más largos arrastran una volatilidad considerable. Un giro inesperado en el escenario financiero o una devaluación abrupta podría hacer retroceder las ganancias obtenidas.
En la misma línea, GMA Capital señala que el nuevo esquema de bandas cambiarias amplió la fluctuación del tipo de cambio, lo que reconfigura la lógica del carry.
Esta mayor exposición al riesgo obliga a afinar la puntería. Es que el carry trade ofrece retornos elevados en un escenario de estabilidad cambiaria, pero exige una vigilancia constante: un salto en el dólar puede convertir una estrategia ganadora en una pérdida.