Si bien las acciones conjuntas de las autoridades del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y del ministerio de Economía que, desde el martes pasado, están buscaron evitar una fuerte suba del dólar oficial y el paralelo, el resultado del viernes muestra que tras esa baja, el valor del dólar volvió a subir.
En la semana la cotización del dólar blue cayó 35 pesos o un 2,6%, tras cerrar este viernes a $1.300, y haberse negociado a $1.350 al promediar la rueda del martes y la brecha cambiaria con el dólar oficial que cerró al final de la semana $1.305 se redujo a un 1,7%.
Por su parte, los dólares financieros cayeron en la semana, con dólar contado con liquidación que cerró a $1.275 y un dólar MEP que finalizó a 1.269,10 pesos.
El resultado hasta ahora, desde la entrada en el esquema de flotación cambiaria con bandas, muestra que desde el lunes 14 de abril -cuando se levantó el cepo cambiario- el precio del dólar empezó a fluctuar sin intervención oficial en el segmento de contado de la plaza mayorista. Se observó una tendencia alcista moderada, a un mayor ritmo que el de la inflación, que acomodó la tasa de cambio ahora en un umbral próximo a los $1.300, lo que parece un nuevo nivel de equilibrio.
El dólar oficial subió unos $200, reflejando una suba del 18,9 % con respecto de los $1.080 del 11 de abril, mientras que la inflación en ese periodo aumentó un 8 por ciento.
Por esta dinámica, la competitividad del tipo de cambio que mide el BCRA a través del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), aumentó en 14 puntos. Ese valor se obtiene a partir de un “promedio ponderado de los tipos de cambio reales bilaterales de los principales socios comerciales del país. Se considera la evolución de los precios de las canastas de consumo representativas de los socios comerciales expresados en moneda local en relación con el valor de la canasta de consumo”.
Las medidas de Luis Caputo para poder contener el precio del dólar
Las acciones que realizaron en forma conjunta el BCRA y el Tesoro provocaron una fuerte suba de la tasa de interés y una caída de los precios de los bonos y letras que colocó el Tesoro en estos últimos días para absorber unos 10 billones de pesos -el equivalente a unos 9.500 millones de dólares-.
La inestabilidad cambiaria comenzó la semana pasada cuando el BCRA dejó de ofrecer las Letras Instranferibles (LEFI), como parte de la estrategia anunciada para terminar con esos pasivos monetarios del BCRA que pasaron al Tesoro, una maniobra que liberó unos $15 billones de pesos.
El resultado fue un aumento de la oferta de pesos por el equivalente a un tercio de la base monetaria, luego de tres subastas en las que esa liquidez no ingresó a bonos cortos, lo que provocó un derrumbe de las tasas de interés de corto plazo y presión alcista sobre el dólar.
De unos $5 billones de pesos que quedaron libres en el mercado, hubo unos 4,7 billones que el miércoles fueron absorbidos por el Tesoro a través de una licitación de letras que no estaba pautada en el cronograma del mes y por la que se pagaron tasas cercanas al 40% anual frente a las del 32 % anual de las licitaciones anteriores.
En este aspecto, hay que destacar que el BCRA exige a los bancos mantener una cantidad de pesos inmovilizados a través de encajes que es proporcional a sus tenencias de depósitos.
El cálculo para el cumplimiento de esta norma se basa en un promedio mensual. Por ello, no es raro que los bancos encajen mucho más de lo que necesitan durante medio mes, para quedarse con cantidades de liquidez en la otra mitad, lo que generó un tuit del ministro de Economía, Luis Caputo, responsabilizando a las entidades financieras de hacer subir al dólar oficial y al paralelo, que llegaron el lunes pasado a valores récord de 1.300 y 1.340 pesos.
Hay que destacar que en el REM de junio del BCRA, la mediana de las proyecciones de tipo de cambio nominal se ubicó en $1.207 por dólar para el promedio de julio de 2025. Para el Top 10 de analistas, el tipo de cambio nominal promedio esperado para julio es $1.201. Para diciembre de este año, el conjunto de participantes proyecta un tipo de cambio nominal de $1.324, lo que arroja una variación interanual esperada de 29,7%.
La intención del equipo económico, de acuerdo a lo que pudo saber iProfesional, es que el valor del dólar oficial se mantenga en un valor cercano a los 1.300 pesos hasta las elecciones nacionales de medio término del próximo 26 de octubre.
El equipo económico buscó una combinación de medidas para frenar la suba del precio del dólar y consiguió una baja luego de colocar, por primera vez desde julio del año pasado, pases pasivos a los bancos, vendiendo contratos de dólar futuro colocando deuda en pesos a corto plazo con una tasa de interés mucho más alta.
El problema es que la tasa mensual efectiva de la letra más corta que vence dentro de 15 días es de 3,31% mensual, el doble que el ritmo de la inflación que mostró junio. La tasa más baja adjudicada fue de 2,9% mensual, también bien por encima del IPC esperado para lo que resta del año.
En los operadores financieros del mercado local hubo especial atención en los últimos días sobre las formas de intervención del BCRA y del Tesoro para salir a calmar la tensión cambiaria.
Tensión cambiaria: la visión de la City frente a las resoluciones del Gobierno
Por ejemplo, la consultora PxQ -del economista Emanuel Álvarez Agys- explica en su último informe que “la baja de la tasa de interés de corto plazo operó como un incentivo para la demanda de divisas” y que el BCRA intervino con tres herramientas como los contratos de dólar futuro, la normativa de efectivo mínimo de los bancos o encajes y las operaciones de mercado abierto en el mercado secundario de títulos del Tesoro.
“Desde el 11 de julio se observó al BCRA en las Lecap cortas y en los contratos de dólar futuro con vencimiento en julio y agosto”, explica el informe y agrega que “el volumen negociado dio cuenta de una lógica de control de la tasa de interés más que de los agregados monetarios, con especial atención al tipo de cambio”.
Otros operadores consultados por iProfesional señalan que el BCRA participó en el mercado de dólar futuro con un dólar promedio negociado para fin de diciembre de unos 1.350 pesos y que en las últimas semanas aumentó el volumen negociado diario. Además, se observó un incremento en el interés abierto de los contratos cortos (julio 2025/agosto 2025) y que el BCRA vendió contratos para mantener las tasas implícitas por debajo de la tasa de las Lecap.
Pero desde PxQ agregan que el martes pasado, el BCRA sumó una nueva herramienta de intervención en el mercado, ya que dio pases pasivos a los bancos por un día, en un esquema muy parecido al del final del Gobierno de Alberto Fernández con Sergio Massa como ministro de Economía, que fue quien alentó esa maniobra para dejarle una especie de bomba a punto de explotar al futuro Gobierno.
La sorpresa es que esos pases pasivos remunerados del BCRA que tomaron los bancos se habían eliminado un año atrás con la creación de las LEFI y ahora reaparecieron tras la eliminación de letras. En estas operaciones, el BCRA dio una señal de tasa de 36%, superior a la de las LEFI que era de 29 por ciento.
Al parecer la apuesta del equipo económico, más allá que la reaparición de los pases pasivos generaron una interna en el directorio del BCRA, será utilizar todas las herramientas financieras a disposición, a excepción de la venta de dólares para que el billete extranjero encuentre un nuevo techo debajo del límite superior de la banda, pero arriba del nivel en el cual el Tesoro se ve obligado a acumular reservas internacionales netas (RIN) como pide el FMI para cumplir con las metas del segundo semestre.
En tanto, desde la consultora 1816 tienen otra hipótesis y es que el equipo económico propició ese reajuste del tipo de cambio para mejorar la posición de divisas externa y para acelerar la acumulación de reservas internacionales.
Acumular reservas y mejorar la dinámica de las cuentas externas en medio de la negociación con el FMI
En ese aspecto, destacan la dinámica reciente del tipo de cambio y sostienen que “con semejante baja de tasas y con el Tesoro comprando dólares arriba de $1.200 (cuando debajo de $1.100 no lo hacía), podría argumentarse que es el propio equipo económico el que buscó la suba del tipo de cambio”.
Según este análisis, el objetivo sería mejorar la dinámica de las cuentas externas y acumular algo de reservas, en medio de la negociación con el FMI por el desembolso de unos 2.000 millones de dólares que negocia el secretario del Tesoro Pablo Quirno y que también podrían provenir de un préstamo del BID en el caso de que el FMI no haga ese desembolso.
La consultora estima que “hasta el 22 de julio seguirán lloviendo dólares del agro, a razón de más de 300 millones de dólares por día promedio, antes de que empiecen a escasear las liquidaciones”. También señala que el BCRA probablemente busque contener la expansión monetaria vendiendo su nueva cartera de Lecap y Boncap a los bancos.
Por último, desde 1816 plantean que “toda suba de tipo de cambio que no tenga impacto relevante en el IPC será bienvenida por el mercado”.
Al respecto, la consultora EcoGo informó el miércoles que en la segunda semana de julio “los alimentos consumidos dentro del hogar registraron una suba del 0,5%”, marcando una leve aceleración de 0,1 punto porcentual frente a la semana previa.
Las LEFI se emitieron en la era Milei como un instrumento financiero emitido por el Tesoro Nacional para gestionar la liquidez y reemplazar los pases pasivos.
Ese traspaso evitó que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tenga que imprimir pesos para hacer frente a los vencimientos de corto plazo. La idea de fondo era evitar a toda costa la emisión monetaria y sus repercusiones en la dinámica de los precios.
Para entender el problema, las LEFI reemplazaron a las LELIQ del Gobierno de Alberto Fernández, que a su vez reemplazaron a las LEBAC emitidas durante el gobierno de Mauricio Macri. Por lo tanto, Milei al sacarlas de los bancos dejará de tener todos los problemas financieros que esas letras les provocaron a los gobiernos anteriores por los altos intereses que le pagaban el BCRA a los bancos para renovar esas letras.