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San Fernando del Valle de Catamarca
23 marzo, 2025

Miradas. Los políticos homenajearon a los personajes de Gasalla sin avisar

Otra semana en el país que parece guionado. Hay que hablar desde el miércoles en adelante, porque irse al lunes es como volver a las invasiones inglesas. Todos esperaban que la sesión por el acuerdo con el Fondo Monetario en el Congreso fuera tensa, pero por suerte el diputado Lisandro Almirón se ofreció a darle un pico a Oscar Zago. Ahí ya todos se distendieron y para cuando Marcela Pagano sacó el megáfono estaban todos viendo si los otros dos chapaban o no. En una época se decía que el Congreso era una escribanía pero es la primera vez que se convierte en un registro civil.

En el medio se acusó a Martín Menem de hacer circular un audio de tinte futbolero dentro de la bancada libertaria con el objetivo de “calentar” la sesión. Decía algo como: “Los quiero gritándome, puteándome”. O sea, lo mismo que estaban haciendo los jubilados con Milei, pero contra él. Desde su entorno salieron a aclarar que era trucho (el audio, no Martín Menem).

Afuera marcharon otra vez pero hubo una confusión en la convocatoria y fueron más policías que jubilados. Hubo 1500 efectivos y un pico de consumo de pizza por metro cuadrado. Tirabas un adicional para cuidar un banco y no tocaba el piso. Por suerte el protocolo anti-piquetes funcionó perfecto y la policía cortó la calle para que no lo hicieran los manifestantes.

Antes el Gobierno difundió un mensaje en estaciones de trenes donde decía: “Protesta no es violencia. La policía va a reprimir cualquier atentado contra la República”. Es lo más parecido a los Juegos del Hambre que se ha visto en años. Lo que más llamó la atención fue que funcionan los altoparlantes de las estaciones de tren.

La sesión la siguieron de cerca Milei y su entorno y el dólar y su nerviosismo. Durante la semana tuvo un pico de estrés (el dólar, no Milei) y empezó a subir. Y eso que el ministro “Toto” Caputo ya había avisado que el acuerdo con el FMI no implicaba devaluación, aunque avisar que no se va a devaluar es como que el piloto diga que el avión no se va a caer. Esas cosas no se avisan, uno se entera en el momento.

A todo esto, la CGT (“¿Viva?”, preguntaría Susana Giménez) anunció un paro para el 10 de abril. ¿Se acuerdan de la CGT? Para los que los conocen, ellos suelen hacer estas cosas. Y para quienes no los conocen no se pierden de nada. El paro será por 24 horas pero un sector quiere que sea por 36 porque si vas a hacer una escapada a la Costa hacela bien. Si el paro es contra el acuerdo con el FMI, llegaron tarde; y si es para bancar a los jubilados, también. Tienen más demora que el pliego de Lijo.

En la oposición, y como homenaje a Antonio Gasalla, el PRO tuvo una semana al mejor estilo Esperando la Carroza. Macri sería Mamá Cora: arma el lío, nadie sabe dónde está y reaparece para demostrar que está vivo. Todo depende de si agarra señal en Villa La Angostura. Patricia Bullrich -que no se entiende si forma o no parte del elenco aunque todo hace pensar que está en su propia película― hace el personaje de Brandoni porque se lleva bárbaro con la policía. Y Rodríguez Larreta es la sorda que llega tarde al velorio al grito de: “¿Dónde está mi amiga?”. Ahora reapareció pero con partido propio y una libretita de cosas por hacer. Que se apure porque Jorge Macri va a anunciar la línea G del subte y para el martes tiene preparada otra letra (quizás una consonante). La gran diferencia es que la película es para reírse y el PRO ya da risa.

En el kirchnerismo lo más destacado de la semana fue que un militante libertario se fue a las piñas con Belliboni en un canal de streaming y el que separó fue… Guillermo Moreno. Dos cuestiones: A) Bien por Moreno siendo un garante de la paz como siempre lo fue. B) Es increíble la cantidad de horas al aire que está Moreno, es el Nati Jota del peronismo. Si no mete candidatura en las próximas elecciones podría tener su propio programa en OLGA. Podría llamarse: “Cuestión de Precio”.

Párrafo aparte para dos perlitas. La primera: el exmarido de Pampita (Roberto García Moritán) fue tendencia porque viajó a Bahía Blanca con un look super canchero y lo publicó en Instagram. Él vio que todos habían ido a tirar una soga y él fue a tirar facha. La segunda: José Luis Espert denunció que le hackearon su cuenta de Twitter y publicaron un mensaje para comprar $LIBRA. Conclusión: recemos para que el FMI no siga las redes sociales de los políticos argentinos.

La semana terminó con una triste noticia: detuvieron al marido de Jesica Cirio acusado de fraudes y estafas. La sorpresa es total, nunca nadie se imaginó esto. La policía lo fue a buscar a su casa de Nordelta y las cámaras de seguridad lo captaron cuando se escapaba corriendo (con tanto lesionado en la Selección podría ser convocado por Scaloni). A todo esto, otra vez, Jesica es la víctima: la pobre no la pega con los maridos. Primero Insaurralde de fiesta en un yate y ahora este muchacho, que dijo que era empresario y aparentemente no lo era. Ojalá nadie haga juicios de valor hasta que la Justicia hable. Por lo pronto, Jesica tendrá que bajarse Tinder de nuevo pero que esta vez no se ponga a matchear cerca de la cárcel de Devoto. Hoy más que nunca: #TodosSomosJesica.

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