La falta de respuestas del Ministerio de Educación ante las necesidades educativas de las comunidades originarias de Aguas Calientes, en el departamento Belén, llevó a un grupo de padres y líderes comunitarios a tomar una decisión drástica: construir su propia escuela secundaria con recursos propios.
Este proyecto, respaldado por las comunidades de Carachi, Aguas Calientes y La Angostura, cuenta también con la colaboración de la Municipalidad de Villa Vil. Los materiales tradicionales como adobe, madera, caña y piedra serán utilizados para levantar el edificio, con la mano de obra local como pilar fundamental del emprendimiento.
Francisco Gutiérrez, referente de la comunidad, relató los hechos que llevaron a esta decisión. Tras varias promesas incumplidas de las autoridades educativas, como la visita de supervisores de la escuela secundaria que no ofrecieron una solución concreta, las comunidades optaron por actuar por su cuenta. “Nosotros, lamentablemente, ya nos comprometimos entre las tres comunidades a hacer nuestra escuela con nuestros propios medios”, explicó Gutiérrez, quien también destacó el apoyo verbal de Genaro Gutiérrez, secretario de Hacienda de la Municipalidad de Villa Vil, que se comprometió a colaborar con el proyecto.
La determinación de las comunidades surgió después de una serie de protestas y una toma de la escuela por parte de los padres, quienes exigían una respuesta más firme por parte del Ministerio de Educación. A pesar de que algunos funcionarios prometieron ayuda, la falta de compromiso concreto llevó a los padres a buscar una solución propia. “Nos paramos firmes y decidimos que haremos nuestra escuela secundaria con nuestras propias manos”, subrayó Gutiérrez.
El proceso de construcción ya está en marcha, y la comunidad comenzó a recolectar materiales necesarios para el proyecto. Gutiérrez hizo un llamado a la solidaridad de la comunidad y de los comercios locales, solicitando ayuda en la obtención de cemento, hierro, cal y otros insumos. A pesar de la escasez de docentes para algunos cursos, como el sexto año, las comunidades continúan con la esperanza de que su esfuerzo por construir una escuela secundaria les brinde a los jóvenes de la zona el acceso a una educación de calidad, más allá de la falta de apoyo estatal inmediato.