lunes, 17 de marzo de 2025 01:41
Los discursos oficiales sobre amenazas terroristas e intentos de golpes de Estado, aparecen como respuesta sistemática ante cualquier reclamo social, con un enorme agravante, y es que el propio Gobierno de Javier Milei, primer responsable en garantizar la paz social, está interesado en generar caos y violencia con el doble objetivo de justificar la represión salvaje y alimentar luego su discurso. Conforme transcurren los días desde los últimos incidentes graves, registrados en la marcha de jubilados en el Congreso de la Nación, salen a la luz más y más acciones oficiales de desinformación, generación de violencia y estrategias para manipular la opinión pública y amedrentar a quien quiera manifestarse.
Los ejemplos sobran y afortunadamente la mayoría quedaron filmados por periodistas que cubrieron la marcha o analizaron lo que allí ocurrió. Por ejemplo, se hizo circular un video donde se ven varios micros escolares con hinchas de Racing Club. El video fue compartido en X por Fernando Soto, director Nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad de la Nación, quien escribió: “Esto no fue una ‘protesta social’, fue un desembarco de violentos organizados por mafiosos que defienden sus negocios. Las ‘barras bravas’ son asociaciones ilícitas”. El video, replicado por medios oficialistas, en realidad se publicó en 2022, en la previa de un partido entre Tigre y Racing. La propia ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se refirió a Pablo Grillo al decir: “Uno de los que está preso, que dicen que es un periodista, estaba en el Ministerio de Justicia y era candidato de Lanús de Julián Álvarez. Se llama Pablo Grillo, es un militante kirchnerista que hoy trabaja en la Municipalidad de Lanús con Julián Álvarez”. En realidad Grillo nunca fue detenido, sino que fue inmediatamente trasladado a un hospital. Tampoco fue candidato ni funcionario ni nada. Paralelamente, se colocaron volquetes con piedras en la zona de la marcha, se dejaron patrulleros abandonados con las puertas abiertas, se abandonaron armas de fuego en el piso y se infiltraron personas de las fuerzas de seguridad para que incendiaran contenedores y atacaran a policías, a fin de habilitar los avances sobre la gente.
Son acciones muy graves. Son terribles desde todo punto de vista, pero mucho más cuando las promueve el mismo gobierno, amparado en cierta protección mediática con la que se sienten autorizados a decir cualquier cosa. Todo esto sucede, como la detención y humillación de niños que salían de la escuela o los golpes a ancianos, a plena luz del día y a la vista de todos. Eso significa que además de un gobierno que actúa de manera repugnante, están fallando también otros estamentos, entre ellos el Congreso que no reacciona y la Justicia que pasivamente ve cómo todo sucede sin inmutarse.
El Esquiú.com