Mauricio Macri regresó a Villa la Angostura, al exclusivo Country Club Cumelén. Se quedará allí un tiempo más (se había ido para Navidad) hasta comienzos de la segunda quincena de febrero, tras haber estado esta semana con múltiples reuniones políticas, incluido un raid de encuentros en Balcarce al 400, la sede central del PRO.
Sin rastros de un nuevo acercamiento –o reunión bilateral– con el presidente Javier Milei, el expresidente encara el año electoral con tres ejes. El primero: reforzar y colaborar para que el PRO gane las elecciones adelantadas en la Ciudad, apuntalar una suerte de “nuevo Cambiemos” en las provincias donde hay comicios desdoblados de los nacionales o donde ya hay acuerdo UCR-PRO y trabajar sobre la contención de dirigentes, intendentes y legisladores para que no migren a las filas libertarias.
De este último tema se habló en los pasillos de la sede del PRO, a tres cuadras de Casa Rosada, en medio de refacciones en uno de los pisos. En particular un actor central para la estrategia electoral amarilla este año: el diputado Diego Santilli.
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“¿El Colo arregló con el Gobierno?”, fue una de las preguntas que resonaban en estos días, a propósito de los diálogos que mantiene Santilli con figuras de LLA, en particular su amistad con “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei.
Sin embargo, el “Colorado” no tiene en mente ser candidato del Gobierno. Ni en Provincia ni en Ciudad, idea que le acercaron los libertarios en estos días. Eso sí: sigue pensando que “un mal acuerdo es el mejor acuerdo” en la Provincia que permita ganarle Axel Kicillof a CFK y a Sergio Ma-ssa en su territorio de refugio.
Para ello, con discreción, viene conversando con su amigo personal desde la juventud peronista, el jefe del bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, y con su otro amigo, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro. Se trata de las dos figuras más relevantes para el armado territorial del PRO (sin contar a la vicepresidenta del partido, Soledad Martínez, intendenta de Vicente López).
En las reuniones de esta semana Santilli marcó su postura, pero escuchó muchísimo más de lo que habló. A pesar de haber ganado el 2021 contra el PJ unido, en estos meses podría sacar su don de armador y no de figura conocida para intentar acercar hoy puntos lejanos: los libertarios ni mencionan esa chance de ir con el PRO.
El único que podría destrabar un acuerdo nacional actualmente es el Presidente. Y en un diálogo concreto con Macri. Pero ya los centros no son más a la olla sino que terminan en el banderín del otro córner y la desconfianza del expresidente con LLA es mucha. De hecho, a pesar de algunos cruces de mensajes, todavía no está en el escenario cercano un encuentro entre ambos. Aunque nunca se descarta, debajo de ellos hay quienes ya piensan en otros caminos.
Esto surgió claramente en la reunión de la mesa ejecutiva del PRO donde volvió a predominar el espíritu frentista que tuvo históricamente el partido. Salvo Martín Lousteau y contados casos, la mayoría de la dirigencia amarilla habla muy bien de otras figuras radicales como los gobernadores, el senador Maximiliano Abad (mandamás en la Provincia), los diputados Rodrigo de Loredo o Karina Banfi, o el titular de la UCR porteña, Martín Ocampo.
Esto configura que en la mente de Macri está la idea de armar un “Neo Cambiemos” pero que interprete y defienda los activos que logró este gobierno en materia económica, pero con sustanciales diferencias en lo institucional.
Se podrá ver nítidamente esta estrategia en las provincias que desdoblaron sus elecciones de las nacionales: la Ciudad y Santa Fe, por ejemplo. En ambas, sumada Mendoza, hay un acuerdo entre radicales y PRO con distinto grado de firmeza.
“Sabemos que para Karina (Milei) no es una hipótesis. Pero, menos en la Provincia, hay lugares donde si se pusieran de acuerdo el PRO, la UCR y LLA podríamos sacar 70%. Por ejemplo: Córdoba, Capital Federal o Mendoza. Ellos no la ven”, chicanea un diputado histórico del PRO.
Finalmente, la Ciudad lo viene preocupando –y ocupando– a Macri hace meses. Acaso la salida intempestiva de Néstor Grindetti (quien desde 2023 que no habla con el titular del PRO y la oposición a la SAD de parte del presidente de Independiente agravó) por Gabriel Sánchez Zinny (uno de sus asesores), el recambio de ministros, la adquisición de Antoni-Gutiérrez Rubí y el relanzamiento de la gestión son botones de muestra. Uno más: aunque la flamante vocera Laura Alonso llega de la mano de Soledad Martínez, su amiga hace largos años, a Macri se le dibujó una sonrisa cuando le consultaron por esa movida.