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San Fernando del Valle de Catamarca
1 febrero, 2025

Un peligroso retroceso

El presidente Javier Milei volvió a la carga con uno de sus blancos preferidos: la eliminación del agravante del femicidio. Sus dichos, realizados en el Foro Económico Mundial de Davos, rápidamente tuvieron su impacto en el país.

“Llegamos al punto de normalizar que en muchos países supuestamente civilizados si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima. Legalizando, de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”, leyó Milei quien anticipó que enviará el proyecto al Congreso de la Nación para que sea discutido.

En igual tónica se pronunció en su cuenta de X Mariano Cuneo Libarona, ministro de Justicia de la Nación. “Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal Argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra”.

En un rápido desglose del discurso mileista asoma una primera falacia: no todo crimen de una mujer constituye un femicidio. El “femicidio” no es un delito tipificado pese a que el término es utilizado ampliamente por la sociedad. Sin embargo, como tal no está nombrado en el Código Penal. Es un agravante del homicidio que fue incorporado en diciembre del 2012 con la intención de criminalizar los asesinatos de mujeres en un contexto de violencia de género y cuyo único castigo es la prisión perpetua.

Ahora, ¿todo crimen de un hombre contra su pareja o expareja es femicidio? No, y en Catamarca hubo casos que lo demuestran. En abril del 2016, Marcos Gutiérrez ultimó de varias puñaladas a Alicia Pacheco, su expareja –madre de sus hijos– en la puerta de su casa. Para los jueces, Gutiérrez fue encontrado culpable por homicidio calificado por mediar una relación de pareja. No había denuncias anteriores, ni testimonios que hayan permitido avizorar que existiese violencia de género previamente. Idéntica situación se dio en el asesinato de Susana Villagra, en Las Tunas, en marzo del 2019, y por el que fue sentenciado Ángel Custodio Quinteros. Tanto éste como Gutiérrez recibieron la pena máxima: prisión perpetua.

Las mujeres son asesinadas, en su mayoría, por sus parejas o exparejas

El informe de ONU Mujeres 2024 exhibe que el género es un factor importante en estos crímenes. Si bien la gran mayoría de las víctimas de homicidio son hombres (80 %), las mujeres son asesinadas en el 60 % de los casos por hombres de su entorno familiar. En los varones, en cambio, solo cerca del 12 % son matados por sus parejas o familiares.

En Catamarca, las estadísticas van en consonancia. Entre 2013 a 2024 en la provincia se registraron 26 crímenes contra mujeres. De estos casos, 12 fueron calificados como femicidios; 11 causas ya fueron resueltas y los femicidas cumplen condena a prisión perpetua.

Ante este panorama la propuesta libertaria de eliminar el femicidio no solo desconoce la realidad de la violencia de género en el país, sino que además supone un retroceso en la protección de las víctimas. La existencia de esta figura no implica que la vida de una mujer valga más que la de un hombre, sino que reconoce el contexto específico en el que ocurren estos crímenes: el de la desigualdad estructural y la violencia basada en el género. Los datos demuestran que las mujeres son asesinadas, en su mayoría, por sus parejas o exparejas, lo que evidencia la necesidad de una respuesta legal diferenciada que contemple este flagelo.

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