“Creemos que la expedición fue un éxito. Y las muestras que recogimos, de agua y especies, nos permitirá hacer nuevos descubrimientos y consolidar avances científicos durante la próxima década”, explicó Daniel Lauretta, científico del Conicet y del Museo Argentino de Ciencias Bernardino Rivadavia. Daniel, que también actuó como jefe de la expedición, adelantó algunas de las conclusiones preliminares.
“Creemos que es muy importante porque, a grosso modo, descubrimos aproximadamente 40 nuevas especies marinas. Además pudimos constatar una diversidad inesperada en corales de aguas frías en el cañón submarino Mar del Plata a una profundidad de 3.900 metros”, dijo Daniel, durante una charla a la que asistió PERFIL.
Vale recordar que la misión que acaba de concluir se realizó a bordo del buque R/V Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute, se extendió por 21 días, se transmitió en vivo y en directo por Youtube y Twitch y alcanzó casi 18 millones de visualizaciones.
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En tiempo real
Durante tres semanas y a través de una transmisión en vivo sin precedentes por la alta calidad de las imágenes inéditas del fondo del mar, millones de personas de todas las edades —mayormente argentinos— siguieron los descubrimientos de la misión científica liderada por científicos del Conicet en el marco de la expedición Underwater Oases of Mar Del Plata Canyon: Talud Continental IV.
La expedición se hizo en colaboración con la fundación Schmidt Ocean Institute, que aportó nada menos que el buque R/V Falkor (too), provisto con equipamiento oceanográfico de última generación, y exploró el océano profundo en el cañón submarino Mar del Plata, una región de alta biodiversidad y poco explorada del Atlántico sur situada a 300 kilómetros de la costa de la ciudad de Mar del Plata, cuyo punto más profundo supera los 3500 metros.
Misión
La misión comenzó el 23 de julio y culminó el 11 de agosto, contó con apoyo del Conicet y financiamiento internacional, y representó un salto tecnológico y científico sin precedentes: por un lado, es la primera vez que se usa en aguas argentinas un vehículo operado remotamente (ROV) SuBastian, capaz de capturar imágenes submarinas en ultra alta definición y recolectar muestras del océano profundo sin alterar el entorno. De hecho, en campañas anteriores hechas en el 2012 y 2013 se usaban redes para recoger muestras.
Pero lo insólito es que por primera vez una campaña científica argentina se transmitió en vivo. Su emisión, a través del canal de YouTube fue un verdadero hito: las imágenes captadas desde profundidades de hasta 3.900 metros fueron vistas por casi cuatro millones de personas que fueron testigos de las novedades al mismo tiempo que los científicos, lo que maravilló a ambos, legos y especialistas.
La transmisión batió récords de participación: mientras que la mayoría de las inmersiones de otras campañas tienen una media de alrededor de cuatro mil visualizaciones; esta expedición tuvo una media de 500 mil visualizaciones por inmersión, con un total de casi 18 millones de visualizaciones en tres semanas. También hubo una intensa actividad de divulgación de la ciencia a través de chats mantenidos con el público. Decenas de chicos mandaron cartas y dibujos alusivos al tema.
El equipo que lideró esta expedición lleva más de una década estudiando la zona: la campaña dio continuidad a las expediciones Talud Continental I, II y III, realizadas a bordo del Buque Oceanográfico Puerto Deseado del Conicet, que permitieron describir decenas de nuevas especies y revelaron una diversidad inesperada en corales de aguas frías, moluscos, equinodermos, ascidias, crustáceos, peces de profundidad y sus parásitos. En aquellas oportunidades las muestras se recogían con redes y rastras. Esta fue la primera vez que vieron el fondo marino en directo.
En esta oportunidad, el equipo científico documentó una rica biodiversidad, incluyendo arrecifes de coral a una profundidad de 1014 metros (más de media milla), compuestos por Bathelia candida, una especie de coral pétreo que forma hábitats. A 1500 metros de profundidad (casi una milla), encontraron un extenso campo de Anthomastus sp. rojo, un coral blando de aguas profundas. En total, los científicos sospechan que han descubierto más de 40 nuevas especies, entre las que se incluyen anémonas de mar, pepinos de mar, erizos de mar, caracoles, corales y crinoideos, entre otros. Confirmar las nuevas especies llevará tiempo, ya que los científicos tendrán que compararlas con animales conocidos.
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Ahora, a estudiar
Las muestras recogidas durante la expedición submarina fueron transportadas al MACN-Conicet, donde serán estudiadas. “Ahora viene una etapa de trabajo de laboratorio y de computadora. En el caso de la taxonomía, por ejemplo, estamos reconociendo las especies nuevas y describiendo lo que vimos, revisando géneros, familias, literatura para hacer comparaciones, y esa etapa nos puede tomar meses o años”, explicó Lauretta.
También analizarán los resultados en materia de contaminación por microplásticos, algo que podrá llevar varios meses. Y se podrán usar los datos para predecir eventuales temas ambientales en caso de exploración y explotación de petróleo offshore.
Para Lauretta, “cerca de la mitad del país está sumergido bajo las aguas del Océano Atlántico y esos fondos están llenos de recursos que aún desconocemos. Campañas como la que acabamos de terminar son fundamentales, porque esas zonas no son posibles de visualizar desde el aire con imágenes satelitales o drones. Sí o sí requerimos el uso de barcos e instrumentos como el ROV, que nos permitió ver la fauna viva in situ y su distribución. El océano profundo es un lugar inmenso”.
Lo que viene
Según Lauretta, “tenemos un plan a futuro para seguir estudiando los cañones, que son muy buenos lugares para evaluar la biodiversidad en general. Cuanto más sepamos sobre ellos, vamos a poder tener un conocimiento global de la fauna en aguas profundas para tomar decisiones sobre las actividades humanas que se puedan realizar en esas zonas a futuro. Y lo más probable, también, es que cuanto más investiguemos más especies nuevas vamos a hallar”.
El equipo multidisciplinario que participó se conformó por más de 30 científicos de instituciones argentinas, en su mayoría del Conicet, incluyendo el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN, Conicet) el Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR, Conicet), el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC, Conicet- UNMDP), el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA, UBA-Conicet), el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, Conicet) y el Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA, Conicet-UNC). También forman parte investigadores de las Universidades Nacionales de Buenos Aires, Córdoba, La Plata y Mar del Plata.
La campaña en datos
- Región estudiada: Cañón submarino Mar del Plata, Atlántico sur
- Profundidad máxima: Hasta 3.900 metros
- Objetivos científicos: Estudiar biodiversidad bentónica (invertebrados y peces); estudiar reproducción, biogeografía y dinámica de sedimentos; generar modelos 3D de especies; producir datos abiertos y material educativo gratuitos para escuelas, museos y clubes de ciencia.
Tecnología usada
- Buque de investigación: R/V Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute
- Vehículo submarino: ROV SuBastian.
Éxito de público en Youtube
- 500 mil visualizaciones por inmersión
- 17,5 millones de visualizaciones en tres semanas.
- Aproximadamente 3/4 partes de la audiencia era argentina.
ML