viernes, 25 de julio de 2025 18:00
Un pastor evangélico de 63 años fue detenido acusado de haber abusado sexualmente de varios fieles en el partido bonaerense de Moreno, donde se desempeñaba como líder espiritual en una iglesia local. La investigación determinó que el imputado, identificado como Daniel Gerardo Ponce, habría utilizado su rol como referente religioso para atacar a sus víctimas, algunas de ellas menores de edad.
La detención se concretó dentro del templo “Ministerio Gracia, Poder y Gloria”, ubicado en Triunvirato al 3600, en la localidad de Trujui, durante un operativo encabezado por efectivos de la Subcomisaría de Santa Brígida, con intervención de la UFI N°1 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez.
La organización Madres Víctimas de Trata, que ya había denunciado públicamente el caso en sus redes sociales, confirmó la noticia con un mensaje contundente “Hoy, tras las rejas, no toca a nadie más.”
Uno de los hechos que dio inicio a la investigación data de 2013, cuando la víctima tenía 18 años. Según su testimonio, el pastor Ponce lo aisló de su entorno familiar y lo sometió sexualmente, valiéndose de su figura de autoridad dentro de la comunidad religiosa. Posteriormente, lo habría amenazado para que no hablara.
A partir de esta denuncia, surgieron nuevos testimonios de presuntas víctimas, tanto en la provincia de Buenos Aires como en otras zonas del país. Las denuncias abarcan casos de abuso a adultos y a menores, lo que agrava la situación judicial del imputado.
La causa fue caratulada como “Abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por un ministro de culto reconocido o no, en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser cometido por un ministro de culto reconocido o no.”
La investigación está a cargo del fiscal Leandro Ventricelli, titular de la Fiscalía N°1 de Moreno, y el Juzgado de Garantías N°1. Las autoridades continúan recolectando pruebas y tomando declaraciones a víctimas y testigos.
El caso generó fuerte conmoción en la comunidad de Trujui y reabre el debate sobre los controles y responsabilidades en espacios religiosos, donde la figura del líder espiritual puede ser utilizada como herramienta de manipulación y sometimiento.