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6 julio, 2025

La minoría democrática

domingo, 6 de julio de 2025 00:23

“Nadie pretende que la democracia sea perfecta ni omnisciente. De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, con la excepción de todas las demás que se han probado de vez en cuando” (Churchill, 1947). 

No ha pasado suficiente agua bajo el puente en la historia política de nuestro país. La discusión acerca de la fortaleza institucional y ciudadana de la democracia está lejos de clausurarse. Y a medida que alejamos el foco, se revela con mayor nitidez el oasis democrático en un mundo que engendra mares de autoritarismos.

Suena trillada la frase del estadista inglés, tras 40 años del restablecimiento democrático en Argentina. Su utilidad reside, en todo caso, en la evocación a la permanente vigilancia que exige el cultivo de estas instituciones. Su actualidad, por otra parte, se fundamenta en la existencia de un entorno adverso para su florecimiento. Pocos se percatan de que las democracias jugamos para el bando minoritario.

El mundo transita una nueva ola de autocratización. Según el reporte de 2025 de V-Dem (Varieties of Democracy), esta tendencia ha estado en aumento durante al menos 25 años. De acuerdo al último informe, los niveles de democracia para el ciudadano promedio del mundo han vuelto a los niveles de 1985.

El reporte emplea principalmente un Índice de Democracia Liberal para medir el estado de las democracias en el mundo. Incluye como elemento necesario a la democracia electoral: elecciones libres, justas y periódicas, ejercicio efectivo del poder por cargos electivos, sufragio universal, partidos políticos y candidatos libremente constituidos y competitivos, y condiciones equitativas con libertad de expresión, medios de comunicación y sociedad civil. Además, combina sus instituciones con una dimensión liberal: limitaciones al Ejecutivo por el Poder Legislativo y Judicial, y libertades civiles garantizadas por el Estado de Derecho. Si se toman estas dos dimensiones, el mundo cuenta hoy con 88 democracias (liberales y electorales) y 91 autocracias (electorales y cerradas).

Es la primera vez, desde 2002, que hay más autocracias que democracias en el mundo.

Las democracias no solo han retrocedido, sino que han perdido poder en términos de capacidades materiales. El informe confirma que al menos el 72% de la población vive en autocracias, la cifra más alta desde 1978. Los niveles de democracia ponderados por el PIB muestran el panorama más sombrío, en declive desde hace 25 años y por debajo del nivel de 1974. En efecto, la ola de autocratización es impulsada por los países más grandes, más poblados y económicamente poderosos. El caso más resonante es el de China, un país con cada vez más injerencia en la configuración de las instituciones internacionales. Pero no se agota allí. Otros países de gran población, como India, Indonesia o Pakistán explican por sí mismos la nueva ola autocrática. Incluso se observan tendencias preocupantes en el seno de democracias liberales como Estados Unidos, tras la llegada de Trump al gobierno.

Salvando algunas excepciones, América Latina se sostiene como un bastión democrático en el mundo. La mayoría de la población (64%) vive en democracias electorales (como Argentina, Brasil, Colombia y Ecuador), aunque pocos países son considerados como democracias plenamente liberales. Los datos muestran un descenso moderado en los niveles de democracia, que se profundiza si se pondera por población. Ello se debió en gran parte a procesos de autocratización en Brasil, iniciado con el impeachment a Dilma Rousseaff y acentuado con la erosión democrática durante el gobierno de Bolsonaro.

El caso argentino es notable, ya que siempre mantuvo niveles democráticos relativamente altos (promedio de 0.65 en el Índice de Democracia Liberal). Para 2024, el IDL se ubica en torno a 0.55, mostrando un marcado debilitamiento de los mecanismos de rendición de cuentas horizontal, una reducción progresiva en la autonomía de los partidos de oposición y deterioro en la imparcialidad de los medios de comunicación.

Pese a este deterioro institucional en América Latina, sus sociedades aún muestran señales de apoyo al régimen democrático. El Informe Latinobarómetro recoge la opinión pública de los habitantes latinoamericanos en torno a estos ejes. En 2024, el apoyo regional a la democracia aumentó 4 puntos porcentuales, llegando al 52%. Empero, debe notarse que este aumento revierte un deterioro precedente que tiene lugar desde 2010 y que solo 1 de cada 3 ciudadanos se siente satisfecho con la democracia (la insatisfacción aún es mayoritaria con el 65%). 

La situación en Argentina en este escenario es más alentadora. Según el Latinobarómetro, la preferencia por la democracia subió del 62% al 75% en el último año, con un descenso paralelo en la indiferencia y en la preferencia por un gobierno autoritario. En materia de satisfacción con la democracia, los indicadores muestran un crecimiento del 37% en 2023 al 45% en 2024, revirtiendo un mínimo del 20% durante el primer año de la pandemia. El crecimiento de la actitud demócrata entre los argentinos muestra discrepancias con la realidad institucional del país. Con todo, el país y su región inmediata siguen sosteniéndose como un faro democrático en medio de estas nuevas trayectorias.

A la hora de pensar en el mundo, deben contemplarse las complejidades que plantea un entorno díscolo para las instituciones democráticas. El aumento del número y del poderío de países autoritarios podría verse reflejado en la configuración de alternativas más o menos legítimas para la gobernanza global y hasta en la posibilidad de operar hacia la pacificación de las disputas en las que se involucren estos regímenes. Los cambios en los esquemas de poder global no pueden desconocer la influencia de factores institucionales, como tampoco puede obviarse la injerencia de estas tendencias sobre las actitudes e instituciones propias. La renovación del ímpetu autoritario, tanto en el mundo en desarrollo como en los países centrales, es también una renovación del desafío de la vigilancia democrática.

Por el Dr. Franco Aguirre,
 de Consultora Belgrano
Consultora del norte argentino
dedicada al estudio de la opinión pública
y la producción de datos estratégicos
para políticas basadas en evidencia.
 Contacto: [email protected] 

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