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San Fernando del Valle de Catamarca
27 junio, 2025

Drenaje de divisas

Las cifras recientemente difundidas respecto de la balanza comercial argentina generan razonables preocupaciones y refleja, en definitiva, rasgos centrales del modelo económico-financiero aplicado por el tándem Milei-Caputo. Según las estadísticas oficiales, durante el primer trimestre de este año, el déficit comercial superó los 5.000 millones de dólares, alcanzando casi un piso histórico.

El escaso crecimiento de las exportaciones y el impactante avance de las importaciones explican el déficit y reflejan la lógica de un modelo que restringe las ventas al exterior y la llegada de turistas extranjeros y, por otro lado, alienta las compras de productos extranjeros y la salida de turistas argentinos al exterior.

El atraso cambiario es la principal causa, aunque no la única, para entender por qué se pasó de una balanza comercial superavitaria hace un año a una deficitaria a comienzos de 2025. El dólar “barato” facilita el drenaje de divisas. Las cifras de la balanza turística son reveladoras: los viajes de argentinos al exterior significaron en el primer trimestre una salida de 4.953 millones de dólares, mientras que el ingreso por turismo extranjero en el país alcanzó apenas los 1.459 millones de dólares.

En el primer trimestre del año, antes del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, las reservas internacionales de Argentina cayeron en 5.628 millones de dólares, mientras que el endeudamiento neto de la economía se ubicó en 5.137 millones de la moneda norteamericana.

El plan de pisar el dólar para ganar elecciones es un clásico en la historia argentina y lo han practicado casi todos los gobiernos. El plan de pisar el dólar para ganar elecciones es un clásico en la historia argentina y lo han practicado casi todos los gobiernos.

El presidente Javier Milei sostiene que el dólar no está atrasado y que es el mercado el que, desde la liberación parcial del cepo, el que determina la cotización. Omite decir, sin embargo, las numerosas intervenciones que el Banco Central realiza para bajar la cotización, lo que relativiza el concepto de que es el mercado operando libremente el que fija la relación peso-dólar. El objetivo del dólar pisado es contener la inflación a como dé lugar, pese a que, como se dijo, el atraso cambiario le resta competitividad a la economía nacional, al tiempo que se favorece la especulación financiera en detrimento de la producción nacional.

Los números de la economía parecen desmentir al Presidente y su equipo económico. Según las tablas comparativas que se construyen a partir de la evolución de los distintos indicadores económicos, el valor actual del dólar es similar al que se registraba al final de la convertibilidad. La intención del gobierno de lograr deflación y de esa manera corregir gradualmente el atraso cambiario es inviable. De modo que la alternativa que queda es, más temprano que tarde, devaluar. Y eso se lograría simplemente si el gobierno dejase de intervenir de distintos modos en el mercado cambiario.

El plan de pisar el dólar para ganar elecciones es un clásico en la historia argentina y lo han practicado casi todos los gobiernos. Pero, irremediablemente, forzar un atraso cambiario termina con un salto devaluatorio que reinicia el ciclo inflacionario.

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