Finalmente el Gobierno decretó el cierre del Museo Nacional de la Historia del Traje, ubicado en Chile 832, en un edificio declarado Monumento Histórico Nacional en 1990. La institución, que fue creada en 1972 como dependiente del Museo Histórico Nacional (MHN) junto con el Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y de la Revolución de Mayo, pasó a ser un museo autónomo en 1986, por decisión del presidente Raúl Alfonsín (vía decreto). Ahora, merced a las facultades que la ley Bases otorga al Poder Ejecutivo, el presidente Javier Milei transformó -por decreto 862/2024- el Museo del Traje en una colección.
El patrimonio del museo resguarda más de 9500 piezas de indumentaria que van desde el siglo XVIII hasta el presente, además de miles de libros, revistas y catálogos. Este fin de semana, la muestra Sastrería. Oficio & Historia recibió a más de mil visitantes. Uno de los argumentos del Gobierno para el cierre era que solo concurrían 46 personas por día; el otro, que el costo de mantenimiento asciende a 66 millones de pesos anuales.
Ayer, por una resolución que lleva la firma de la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello, el museo, junto con los 27 trabajadores, pasan nuevamente a la órbita del MHN que a su vez depende de la Dirección Nacional de Museos y Gestión Patrimonial, a cargo de María Inés Rodríguez Aguilar, de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, a cargo de Liliana Barela.
Extrañamente, en la resolución dictada por el Ejecutivo no figura el listado de los bienes culturales de la institución, es decir, la valiosa colección de indumentaria, el archivo documental y fotográfico y el material bibliográfico conservado en la biblioteca. Solo se consigna el personal y el patrimonio “mueble”: mesas, tableros, sillas, cámaras, computadoras y televisores. Se espera que el Gobierno subsane esta omisión.
La directora concursada del Museo del Traje, la diseñadora y docente Victoria Salías, pasaría a ser la coordinadora de la colección dependiente del MHN, que dirige el historiador Gabriel Di Meglio.
Desde la Secretaría de Cultura informaron que en la sede del museo se abriría un nuevo centro cultural con características similares a otros ya existentes en la ciudad de Buenos Aires: el CCK y el Borges. Y que con el patrimonio cultural del exmuseo se harían “muestras itinerantes” con el inevitable costo de logística y seguros. No queda claro cuál sería el ahorro del Estado con este nuevo golpe de motosierra.
Antes de que se publicara la resolución en el Boletín Oficial, Salías compartió ayer un “hilo” en la red social X en el que explicó la situación.
“El Museo de la Historia Traje además de ofrecer muestras temporarias, también recibe investigadores, asesora a vestuaristas, da cursos de formación, genera contenidos académicos, brinda espacio a colectivos artistas, promueve oficios, produce contenidos audiovisuales, confecciona réplicas para otros museos, arma recorridos guiados para escuelas y otras instituciones educativas, culturales y de salud. Su cierre implica la desaparición de un espacio de conservación, investigación, divulgación y encuentro”, detalla.
Y concluye: “Cerrar un museo implica un retroceso cultural para todo el país y la pérdida de un espacio testigo de la historia del territorio que preserva las identidades y la memoria colectiva. La derogación sienta un precedente que no solo pone en riesgo el patrimonio y la institucionalidad de este museo, sino de todos los museos públicos. Exigimos que se revierta la medida publicada y brindamos nuestro apoyo al equipo del Museo de la Historia del Traje”.
Salías, que desde el inesperado anuncio mantiene reuniones con las autoridades de la Secretaría de Cultura, compartió la solicitada publicada en la plataforma Change.org con el hashtag #NOALCIERREDELMUSEODELTRAJE, que ya cosechó más de 20.000 firmas.
“Le solicitamos al Presidente de la Nación Javier Milei, a la Secretaria de Presidencia Karina Milei, a la Ministra de Capital Humano Sandra Pettovello y al Secretario de Cultura de la Nación Leonardo Cifelli reviertan la derogación del cierre del Museo de la Historia del Traje comunicada dentro del decreto 862/2024″, se lee en la petición que circula en cuentas de redes sociales de gestores culturales, intelectuales, docentes, diseñadores y estudiantes.
En simultáneo, además del rechazo de docentes, investigadores, diseñadores y exdirectores del museo, hubo varias iniciativas en la sede del museo (con asambleas abiertas convocadas por trabajadores) y en redes sociales, donde se creó la cuenta Apoyo al Museo del Traje (@apoyoalMHT).
El secretario de Cultura Leonardo Cifelli borró de su cuenta de Instagram publicaciones referidas a la colección del Museo del Traje ante los reclamos que le hicieron distintos usuarios; una vez eliminadas, los reclamos persistieron en otras publicaciones del funcionario. Las cuentas en redes sociales del Museo del Traje -ahora rebautizado Colección Histórica del Traje Argentino (del MHN)- son administradas con mano de sastre desde la Secretaría de Cultura. La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados y la Comisión Unicameral de Educación y Cultura elevaron pedidos de informes al Ejecutivo.
La Academia Nacional de Bellas Artes, la Asociación Profesional de Museólogos, Nosotras Proponemos y Curadores en Diálogo, el Consejo Directivo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, la Cámara Argentina de la Moda y la Cámara de la Industria Argentina de Indumentaria, el Museo de Arte Brasileira de San Pablo, el Cabildo de Montevideo y las autoridades del Museo Nacional de Bellas Artes, entre otras entidades nacionales e internacionales, expresaron su apoyo al Museo del Traje.
Para muchos especialistas y museólogos, esta medida del Gobierno que consideran como un intento de “demolición” de la institucionalización de la cultura en el país sienta un precedente que podría repetirse en otras instituciones culturales.
Conforme a los criterios de