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San Fernando del Valle de Catamarca
lunes, 23 septiembre, 2024

Apuntes del Secretario

domingo, 21 de julio de 2024 01:26

Incomodidades

Con una amplia mayoría en ambas cámaras legislativas, producto de sucesivos e incuestionables triunfos en las urnas, el Ejecutivo provincial no suele tener mayores dificultades a la hora de rubricar sus iniciativas y decisiones con el respaldo de diputados y senadores. Pero se plantea ahora una situación incómoda, porque llega a las cámaras el famoso Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), amado y odiado con idéntica pasión, que Raúl Jalil y un sector de la dirigencia consideran vital para el despegue definitivo del desarrollo minero a gran escala, y otros observan como una normativa en exceso favorable a los capitales foráneos y contraproducente para los intereses provinciales. Como se sabe, el RIGI es un sistema especial para que los proyectos de más de U$S 200 millones en el país tengan beneficios impositivos, aduaneros y cambiarios, y fue uno de los capítulos que más discusión generó dentro de la Ley Bases. El RIGI será aplicable solo para las grandes inversiones en los sectores de agroindustria, infraestructura, forestal, minería, gas y petróleo, energía y tecnología. Aunque le da la potestad al Ejecutivo Nacional de incluir nuevos sectores. Sería aplicable en todo el territorio y declara de interés nacional a las grandes inversiones que cumplan con los parámetros del régimen. Según lo enuncia, el RIGI busca incentivar las grandes inversiones nacionales y extranjeras, favorecer la creación de empleo, generar condiciones de previsibilidad, estabilidad y de competitividad en el país para atraer inversiones, y otorgar seguridad jurídica y protección especial para el caso de eventuales desviaciones y/o incumplimiento por parte de la administración pública y el Estado al RIGI. Un dato no menor: el RIGI establece que las condiciones y beneficios se garantizan por 30 años.

Bueno y malo

Para sus defensores, el RIGI genera seguridad jurídica mediante incentivos en materia tributaria y fiscal para enormes desembolsos, convirtiendo a la Argentina en más atractiva que otras plazas. Otros aseguran que se les regala a los inversores más de lo que piden, y hasta algunos fueron al extremo de señalar que el RIGI es un camino de acceso a la plata sucia del lavado, de la venta de drogas, del tráfico de armas y de la trata de personas, ya que no garantiza la trazabilidad del dinero. Se describen también desigualdades, ya que una empresa que está en la Argentina produciendo va a pagar 35% de Ganancia, tener aranceles, retenciones, dar cuenta de la trazabilidad integral de sus formas de financiamiento, y un conjunto de obligaciones que frente a los privilegios del RIGI los pone fuera de competencia. Se cuestiona que no se exige nada, no tiene ninguna condición de agregar valor, de generar trabajo o reinversión en Argentina. Y del mismo modo se discute cada punto, como su efectividad o no para generar empleo. En realidad este debate ya se dio en el Congreso (con posturas divididas de los catamarqueños en ambas cámaras), y también a nivel local todos tuvieron oportunidad de expresarse. Allí radica el “problema”, porque muchos legisladores oficialistas que a través de redes sociales y comunicados atacaron abiertamente al RIGI, ahora se ven de alguna manera presionados para declarar la adhesión al régimen que les pide su propio gobierno. Corren así el riesgo de quedar expuestos por aprobar lo mismo que rechazaron antes, o el riesgo, incluso peor, de sostener su postura pero con el costo político de declararse en rebeldía. No es una situación cómoda, y cada uno tendrá que decidir si prevalece su criterio personal o la conducta partidaria. La oposición, muy alineada con Javier Milei, no tendrá estos dilemas, lo que en definitiva resulta aquí favorable a la postura del Gobierno provincial.

Fin del Poncho

Terminará hoy, a pura música y color, una nueva edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho. Con enorme brillo, a pesar de una situación general que no puede definirse como propicia, el mayor encuentro cultural de Catamarca se anotó otro éxito. Los artistas brillaron en el escenario mayor y en las propuestas laterales, hubo records de ventas con stands que agotaron su stock, y posiblemente también haya habido record de asistentes. No se difundieron todavía los números oficiales, pero es posible que el público haya rondado el millón de personas desde la apertura hasta el cierre de la fiesta. Un balance largamente positivo que ratifica el significado del Poncho como motor turístico y también como cita infaltable para la mayoría de los catamarqueños. No todo fue perfecto, naturalmente, hay cosas por corregir. Por ejemplo, se difundió un rango de precios para los estacionamientos que luego algunos no respetaron, o se enfrentaron varios inconvenientes con el servicio de internet, falencia importante cuando tantas personas tomaron la costumbre de pagar mediante transferencias y no podían hacerlo. Detalles para seguir mejorando en próximas ediciones, pero con la satisfacción de saber con certeza que el Poncho está más vivo que nunca y no deja de crecer.

Abriendo el paraguas

Pablo Agüero, referente libertario local, se ocupó de subrayar que la llegada de la vicepresidenta Victoria Villarruel a la provincia no es de carácter político sino institucional, y que la presidenta del Senado nacional viene sólo para ver el Poncho, La Gruta y algunos rincones de Tinogasta. La prematura aclaración sirve para evitar malos tragos como los que la naciente facción libertaria de Catamarca degustó en la anterior visita de Villarruel, cuando esperaban tener un espacio de privilegio en la agenda de la segunda autoridad del país, y quedaron desairados y relegados por las autoridades provinciales. Aunque hubo pataleos y quejas, es mejor prevenir que curar, y ahora se anticipó que no viene a hablar con ellos y que ya lo hará en otro momento, sobre todo para asegurarse de que no se repita el escándalo. No está mal asumir esa postura públicamente, al margen de que cada una de las personas que participa en quehaceres partidarios, sea peronista, radical, libertaria, comunista o lo que sea… sabe que en realidad toda visita es política.

El Esquiú.com

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